Los corruptos se suicidan

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Hugo Chávez 1992

Cuando Hugo Chávez y sus seguidores pretendieron romper el hilo constitucional con aquella asonada golpista, cruenta y feroz,  del 4 de febrero de 1992, levantaron varias banderas para tratar de justificar inútilmente su felonía. Entre estas banderas la más importante era la de la corrupción. Quince años después de estar en el poder, si alguna característica tiene el régimen revolucionario es, precisamente, la corrupción. Corrupción que ha sido criticada, cuestionada, denunciada, inclusive, desde los propios sectores revolucionarios. Sin ir más lejos, la carta de Giordani, la denuncia de Héctor Navarro, la de Ana Elisa Osorio, el escándalo por los 30 mil millones de dólares que se han ido en empresas de maletín vía Cadivi, en fin.

CorrupciónLa corrupción está a todos los niveles. La corrupción permea en todas las instancias de la vida pública. Y hay un detalle curioso, es una corrupción mil millonaria en dólares en no pocos casos. La impunidad es otra de las grandes características del régimen actual. En Venezuela nada recibe castigo, quizá por ello el corrupto puede anda a sus anchas, puede andar libremente por la calle sin que tan siquiera algún tipo de escarnio moral pueda caer sobre su persona. Qué distinto de lo que está pasando en China.

Leo este texto de la BBC de Londres firmado por Carrie Gracie:

Para China, para el mundo, Dong Xuegang es simplemente un número.

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Presidente Xi Jinping

La información es imprecisa, pero parece sugerir que la tasa de suicidio entre funcionarios del Partido Comunista puede estar cerca de un 30% por encima de la del resto de la población urbana de China.

Para los expertos la causa está en la presión que está generando la batalla anticorrupción del presidente Xi Jinping.

Dong Xuegang era un funcionario medio, de 51 años, en la ciudad de Yuncheng, en Shanxi, con una esposa y un hijo.

La mañana del 14 de septiembre se suicidó saltando desde un noveno piso.

Un día antes había sido interrogado por los investigadores anticorrupción del Partido Comunista, supuestamente por acusaciones de que había sido sobornado por encargados de proyectos inmobiliarios y de que había pagado a su superior para conseguir un ascenso.

El presidente Xi prometió tolerancia cero para los casos de corrupción que involucren a funcionarios del partido; advirtió que perseguirá a «los tigres y las moscas», los villanos de lo más alto a lo más bajo del sistema.

Pues bien, uno no pretende que nadie se suicide, uno no tiene esos deseos en la vida. Pero algo de esa tolerancia cero que está aplicando el presidente Chino Xi Jinping podría aplicarse acá. Ya que dependemos tanto de los chinos, ya que les debemos prácticamente todo, hasta el modo de andar; ya que los nuestros oyen tanto a los chinos, sería bueno, por no dejar, que oyeran también los consejos de los chinos para acabar con la corrupción.

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