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En los últimos días, en los últimos meses de Los Beatles, Billy Preston, el destacado tecladista norteamericano, jugó un rol muy importante. Entró como parte activa en alguna de las grabaciones.
Se escucha con su piano eléctrico, por ejemplo, en “Get back” o en “Don’t let me down” y muchos empezaron a llamar a Billy Preston como el quinto Beatle.
Sin embargo, si en algún momento hubo un quinto Beatle, ese no puede ser otro que George Martin.
George Martin, un individuo flemático, bien parecido. Lucía más como un miembro de la nobleza británica que como un músico. George Martin era quien estaba al frente de los estudios de grabación EMI precisamente en la calle de Abbey Road, donde Los Beatles hicieron toda esa música que se convertiría en historia.
Desde el día cero, desde el día uno, “From day one” como le suelen decir en inglés, Geroge Martin estuvo con los Beatles. Fue fundamental su participación en todo lo que hicieron. Cuando uno repasa la antología de Los Beatles, fueron determinantes todos los consejos, toda la sabiduría que este veterano productor de música para cine, publicidad y discos puso a beneficio de Los Beatles.
En 1998, George Martin decide hacer un disco muy personal con la música de Los Beatles, no en balde, lo titula “In my life”. Busca a gente, no necesariamente destacada por músicos, interpretes o cantantes, busca a gente conocida que compartía con el la afición por la música de Los Beatles.
Vamos a escuchar, por ejemplo, una particular versión de “A hard days night”, “La noche de un agitado día” interpretada, en una suerte de blues muy particular, nada menos que por Goldie Hawn.
