La Iglesia se mueve en Venezuela

Publicado en El Pais

Por: Ewald Scharfenberg

El nuevo Superior de los jesuitas y el cardenal recién nombrado pordescarga el Papa afianzan las posiciones de la curia se prepara a mediar en Venezuela con el nombramiento de dos jerarcas locales.

El venezolano Arturo Sosa fue elegido nuevo Superior de la Congregación General de la Compañía de Jesús, tras una votación secreta de los 212 delegados jesuitas reunidos en Roma. Sosa, el primer no europeo que llega a esa posición en los 478 años de la orden, sucede al español Adolfo Nicolás Pachón, quien había presentado la renuncia.

El nombramiento de Sosa acentúa el protagonismo de la curia latinoamericana en el Vaticano, en franco auge desde que otro jesuita, el argentino Jorge Mario Bergoglio, quedara consagrado en marzo de 2013 como el Papa Francisco. La decisión representa una nueva señal de que la Iglesia Católica se prepara para participar de manera más activa en una posible resolución de la crisis política y social en Venezuela.

El domingo pasado, Francisco anunció que designará a 13 nuevos cardenales, entre ellos, al venezolano Baltasar Porras, arzobispo de la ciudad de Mérida (suroeste del país). Porras es, junto a Sosa, uno de los representantes de las posiciones progresistas dentro del clero venezolano en lo que respecta a temas como el divorcio y las parejas homosexuales. El también expresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), cercano al Papa, tuvo una participación destacada en el Sínodo de la Familia en 2015, donde muchas de las reformas aperturistas que impulsa el Pontífice encontraron resistencia en los sectores más conservadores.

Mediador en 2002

En Venezuela, Porras ha sido un crítico constante del chavismo. Más allá de sus posturas políticas, el oficialismo lo detesta desde que, en abril de 2002, en medio de la intentona golpista que desalojó a Hugo Chávez del poder durante 47 horas, Porras hizo de mediador entre los militares rebeldes y el comandante revolucionario para que este abandonara el palacio presidencial sin derramamiento de sangre. A pesar de ello, Porras conserva interlocutores dentro del chavismo.

A Sosa, ahora trigésimo primer papa negro —como se habla coloquialmente del General de los Jesuitas—, se le consideró en su momento cercano a Chávez. Superior Provincial de la Compañía en Venezuela entre 1996 y 2004, pareció vivir una especie de exilio interno cuando al final de la gestión se le destinó como rector de una universidad católica en el interior del país. Su aura de pensador y sus dotes políticas lo rescatarían de allí y en 2014 volvió a Roma como delegado para la curia. Docente e investigador, fue director del Centro Gumilla, un think tank jesuita, y de su revista Sic, una de las más respetadas en el país por su cobertura de temas sociales.

El Vaticano se ha declarado dispuesto a participar como facilitador en el estancado diálogo entre Gobierno y oposición que otros actores de la comunidad internacional, como Unasur y una terna de expresidentes iberoamericanos, han intentado propiciar para darle una solución negociada a la crisis política y humanitaria en Venezuela.

Hace tres días, la CEV hizo saber, a través de su presidente, monseñor Diego Padrón, que Roma ha recibido invitaciones de las dos partes mediar, una de las condiciones que había puesto para intervenir. “El Vaticano sigue dispuesto a mediar en el diálogo, pero el proceso debe concretarse en Venezuela”, afirmó el vocero. “No se puede quitar el protagonismo ni al Gobierno ni a la oposición, ellos son los actores”.

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