El hacedor de puentes – Luis Carlos Diaz

Por: Luis Carlos Diaz

Maduro es el presidente que más puentes ha construido.dWHpcwxH_400x400
Se hace llamar el presidente obrero.
Donde hay un día libre, él ve una semana de descanso y la decreta.
Que no se diga entonces que no ha tendido puentes.

Chávez intentó hacernos semejantes a él, tratando de militarizar a la sociedad civil… y le sobrevivimos. Ahora Nicolás nos arrastra a copiar su modelo de enlazar reposos médicos como sindicalista del metro de Caracas. Algunos celebran y se suman. Igual cobrarán lo que le pagamos con nuestros impuestos. Alguien debe producir.

En este momento la administración pública venezolana ha invertido la lógica mundial del trabajo. De tener 5 días de labores y 2 de descanso han pasado a tener sólo 4 días de media jornada y los viernes libres. Eso significa que, sumados, sólo trabajan dos días y descansan cinco.

La memoria que quedará de Maduro, además de su ánimo represivo (con torturados, exiliados y desaparecidos), es su escasez de razonamiento y su incentivo de la flojera, que es sólo un correlato de su propia parálisis para tomar decisiones económicas reales.

Dejando correr las arrugas, vamos muriendo de mengua y se frena la economía. Nos asfixia.

El modelo es perverso porque sólo empuja a los más vulnerables a ser más dependientes del Estado. Con más de 80% de pobreza, más de 50% de pobreza extrema, y la tasa de homicidios más alta del mundo, entenderán que vulnerables somos todos.

Por eso hay quien aplaude la promesa de la bolsa de comida, o la OLP que mata vecinos de forma indiscriminada, los linchamientos o las cartas de residencia y la carnetización para que sólo los de la zona o sólo los del partido puedan comprar comida. El hambre y el miedo nos hacen brutos.
La dependencia del Estado nos hace más débiles, menos sujetos, menos gente, más masa y mansedumbre.

El Gobierno trata de ahorrar energías para no quemarse, retrasa elecciones para no contarse, y cierra tribunales para no reconocerse en crisis.

Sin embargo creo que un buen número de personas que conozco, nos rodea, nos inspira y nos muestra otras maneras de aspirar país. Esa gente está empujando con fuerzas, está sacando energías de reservas que se inventa todos los días para no entregarse, para no dejar de ser.

Para no ser semejante al horror.
Al horror del bobo feroz.

 

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