Si el zapato le calza – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Sí, es con usted. Si usted está o ha estado involucrado y/osoledad morillo belloso 2 comprometido en el saqueo del erario de los venezolanos, si participó en alguno de los tantos negociados turbios que con la complicidad del gobierno lograron que se haya creado la boliburguesía roja rojita a costas del legítimo derecho de los ciudadanos a los cuantiosos ingresos de estos últimos años; si usted es de esos que se magnatizó a punta de coimas, estafas, fraudes y demás exquisiteces, le escribo a usted, si el zapato le calza, para hacerle una sentida petición.
Le solicito, le ruego, le suplico, hasta le imploro que, por lo que más quiera, no gaste usted ese dinero que nos cepilló a los venezolanos decentes (que para usted somos pobres lerdos) en inversiones «inteligentes» o redituables, en acciones de compañías serias que saben trabajar y producen dividendos legítimos o en desarrollos inmobiliarios o de otro género que produzcan empleo digno y progreso al país.

No use usted su parte de ese botín que nos fue estafado a los viles mortales de este país en siembra y cultivo agrícola o en granjas y haciendas que produzcan alimento para los venezolanos. No compre empresas de esas que expropió el gobierno (que hoy están quebradas) para activarlas y ponerlas a producir. No haga donaciones a organizaciones de la sociedad civil de esas que ayudan a los débiles de la sociedad en campos como la educación, la salud o el deporte; ni un céntimo de los muchísimos dólares que usted nos magreó para apoyar a la(s) iglesia(s) que adelantan programas solidarios que se traducen en igualdad de oportunidades. Vale decir, no haga usted absolutamente nada de lo que yo y millones de venezolanos buenos y decentes hubiéramos hecho con esa montaña de plata que le ingresó a Venezuela en los últimos tres lustros y que gente como usted le dio «otro destino».

Gástese el dinero en todo lo banal y frívolo imaginable e inimaginable. Cómprese una mansión en un lugar donde sus vecinos de cuadra sean los potentados que lo son porque también tracalearon a placer. Invítelos a ver su bonanza y restriégueles en la cara que su palacio tiene griferías de oro puro y su diseño arquitectónico está inspirado en Palazzo de los Medici de Florencia, con decoración faraónica y algún toque de criollismo sabanetero en honor a «micomandanteeterno». Vaya a las más caras mancebías y lance los billetes verdes al aire. Ingiera litros de güisqui de 300 años de añejamiento y toneladas de aleta de tiburón. Que su esposa se haga mascarillas de caviar, tome baños en un jacuzzi de champagne y tenga uñas acrílicas de platino con incrustaciones de piedras preciosas. Que no le falte ni a ella ni a usted cualquier cirugía estética inventada o por inventarse, incluso de las partes pudendas. Que el cutis les quede como nalguita de bebé. No importa en qué lugar del mundo se encuentre, que el agua que use para beber, higienizarse, lavar, etcétera, proceda de manantiales cristalinos o glaciares. Nada de usar agua de tubo. No piense en pequeño; mándese una fiesta en la que no falte nada. Deje boquiabiertos a los más connotados narcotraficantes, mafiosos y enchufados del mundo. Que le tengan envidia cochina.

Conviértase usted en el papá de los helados de los Alí Babá. Plata tiene. Lo sabemos. 250 mil millones de dólares (que apenas es el 25% del ingreso de estos años) no son conchas de ajo. Y a usted le tocó alguito. No se ande con nimiedades. Luzca su estirpe. No fue tan fácil. Requirió trabajo y dedicación.
Y, por favor, tenga a bien hacerse selfies y montarlas en Twitter. Los decentes queremos saber que usted y todos los que como usted despellejaron nuestro erario disfrutan lo que nos robaron. Es una manera de poder compartir algo de su boligarca felicidad. Digo, quizás así, a pesar de todas las calamidades que padecemos, los decentes de Venezuela podamos dormir tranquilos como bebés, sabiendo que entre ustedes y nosotros, gracias a Dios, hay un abismo ético y estético.
soledadmorillobelloso@gmail.com

@solmorillob

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