Venezuela y los pulsos del poder – Gustavo Luis Velásquez

Publicado en El Estimulo

Venezuela. En una sola palabra hay mil historias, mil dramas, mil personajes, todos movidos por el poder y la pasión de un pueblo que padece y goza en su esfuerzo por hacerse así mismo. Mirar la historia de los últimos 25 años, es como ver la historia encapsulada de un conflicto permanente de fuerzas, que están en un constante pulso por hacerse del poder y asirse a él, como si fuera el fin de todos los tiempos.

uando alguien por descuido toma un libro de historia, y lee con un poco atención, no es raro escuchar la expresión “¡Caramba! ¡Es igualito que ahora! Pareciera que la historia se repite…” Son maravillosos estos descubrimientos de la gente, el problema es que tardamos en darnos cuenta, que la historia es prácticamente imposible que se repita, lo que pasa es que somos nosotros mismos, los que por inadvertidos repetimos los mismos errores que otros más viejos que nosotros ya cometieron.

Así pues, hay buenas y malas historias que sí vale la pena recordar y procurar aprender de ellas… ¿será posible?:

1.En 1899, los irreconciliables egos e intereses subalternos de los caudillos liberales amarillos, con todo el poder en sus manos, un ejército de 15.000 hombres, sin ni siquiera presentar batalla, terminaron por entregarle el poder en bandeja de plata, a un andino que salió de Capacho con 60 hombres y llegó a Tocuyito con escasos 5.000 hombres, y quien luego instaló un régimen que duró prácticamente 50 años.

2.Apenas se inauguró la democracia en 1947 después de mucho sacrificio, el sectarismo y la envidia, crearon la inestabilidad necesaria para entregarle a los militares, nuevamente en bandeja de plata, el poder por 10 años. Si lamentable fue la enfermedad de Diógenes Escalante, y el golpe en contra de Isaías Medina, mucho peor fue apoyar el golpe de esos mismos militares en contra de Rómulo Gallegos, primer presidente electo por el voto popular desde 1810.

Recuerda Manuel Felipe Sierra, que en la tertulia con Jóvito Villalba en los años 80, en el Gran Café de Sabana Grande, el líder reconocía el error de haberse confabulado en contra del gobierno de Gallegos, aventura que se volvió en contra de todos, y especialmente en contra de los partidos políticos. ¿No se parece esto a lo que nos pasó, luego que notables egos, le quisieron hacer lo mismo al sistema, a través de la destitución de Carlos Andrés Pérez entre 1992 y 1993?

3.A partir de 1958, un liderazgo unido, firme, sin ambages ante la amenaza comunista y totalitaria, poniendo a un lado los egos y las cuentas del pasado, con una clara definición política y democrática, fueron capaces de integrarse, respetando las diferencias, para tumbar la dictadura, reinstaurar la democracia, restablecer el orden ciudadano y hacerle frente durante 40 años, a los sempiternos grupos antisistema de corte militarista y/o izquierdista.

4.Aún cuando los partidos modernos lograron capturar más del 85% de las preferencia electorales entre 1973 y 1988, las fuerzas antidemocráticas y autoritarias no dejaron de estar al asecho, y aprovecharon la más mínima grieta para minar el sistema democrático.

5.Desde los años 80, los sabios advirtieron que debíamos cambiar, que había que reformar el Estado, que debíamos abrir la economía, que la renta no alcanzaba, que los partidos debían renovarse, pero las alturas de la fiesta de la vanidad, y el volumen de la música sonaba tan alto, que nadie vio ni escuchó.

6.La irresponsable prepotencia de la antipolítica y el divorcio entre las élites de los sectores económicos, sociales y políticos, nos hizo verdugos de nosotros mismos, para que en 1998, a 50 años del golpe de 1948 en contra de Gallegos, le volviéramos a poner en bandeja de plata el poder a los militares, esta vez con ayuda económica, mediática y política.

Ojalá que estas lecciones, al menos nos dejen tres aprendizajes y sus advertencias:

1.Que los venezolanos sí podemos construir una democracia capaz traer bienestar social y desarrollo económico; con la advertencia que la democracia siempre estará en peligro, porque sus dos peores enemigos permanecen asechando sin descanso: la tentación totalitaria y la corrupción.

2.Que la democracia no es solo para el gobierno, y que en una sociedad democrática, todas las instituciones, públicas y privadas, deben renovarse y revisarse, en función de los nuevos tiempos y las necesidades de la gente; advirtiendo que normalmente pensamos que son los demás quienes deben hacerlo, porque uno siempre piensa que lo hace muy bien y no hay necesidad de corregir nada.

3.Que nunca jamás, nadie vuelva a repetir: “Venezuela lo que necesita es un militar”; advirtiendo que el militarismo en Venezuela y el mundo entero, lo único que ha traído es corrupción, represión, pobreza y atraso social.

La gran lección es que la democracia se conquista con lucha, con sacrificio, que no llega por una orden legislativa, ni mucho menos por una componenda política, que la democracia es consenso y vigilancia, que la democracia incumbe a toda la sociedad, a los empresarios, a los médicos y las universidades, a los sindicatos y la iglesia, y que donde hay democracia hay progreso y posibilidades de cambio.

En definitiva, y parafraseando un viejo lema político… ¡con la democracia se vive mejor!

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Un comentario

  1. En democracia se vive mejor, claro que sí , ya saboree la democracia en mis primeros 44 años de vida y tengo 17 chupando este limón. Dios a malaya no haberse disuelto el tal grupo de «notables» notables bestias que deseaban acabar a CAP y entregarle el mando a Caldera y este para lucirse libera al golpista ,.LA HISTORIA se ha repetido a cada rato, espero no morir sin ver nuevamente a Venezuela en democracia y que nunca más vuelva a aparecer una bota en MIRAFLORES.

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