El temor de Maduro

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  Las cifras de la inflación del pasado mes de agosto son impresionantes. Ayer leíamos, vamos por el 45,5% de inflación anualizada. Y en el caso de los alimentos ésta llegó al 62,5%. Cifras oficiales del Banco Central de Venezuela. Además, una escasez del 20%. Ante esto el señor Maduro, lejos de ver su ineficiencia, su inexperiencia, su incapacidad para gobernar, pues de nuevo le echa la culpa a un mal que está más allá. Es el típico síndrome del niñito malcriado, yo no fui, fue el otro. Es una actitud irresponsable y evidentemente cobardona.

  Y como reacción ha creado otro nuevo Estado Mayor. En lugar de dedicarse a resolver los problemas por abajo, que es donde están, trata de resolverlos por arriba, creando nuevas figuras más burocráticas disparatadas y absurdas. Ahora crea un Órgano Superior para el Control Económico y empieza a ver en las empresas de alimentos a su gran enemigo.

  Leo en El Nacional: Ayer habló en cadena nacional de la creación del Estado Mayor que buscará con los ministerios de la Economía, el Área Social, Fuerza Armada y Pueblo a través de las comunas, coordinar acciones para contrarrestar el plan de la oposición de generar un sabotaje en la producción, distribución y comercialización de productos. Y dice Maduro: “Estamos enfrentando fascistas, no políticos que tengan ideas, son unos facinerosos ambiciosos de poder  que representan grupos de poder económicos, grupos sinvergüenzas  y me refiero al grupo de la derecha amarilla. No tienen límites morales”. Además dijo: “nosotros traemos los productos y se descargan en los puertos, ellos harán que eso se retrase -es decir los malucos– y se ponga lento. No lo vamos a permitir”.

  Y resulta, señor Maduro, que el régimen que usted representa le entregó los puertos a los cubanos, a la Bolivariana de Puertos. Ayer la diputada carabobeña  Neidy Rosal, nos contaba cómo un buque pasa en el puerto cerca de un mes para poder descargar alimentos, solamente alimentos. Ahora Maduro anuncia que va a solucionar el problema -pena le debería dar- trayendo alimentos desde Colombia por 600 millones de dólares.

  Ahora leamos la reseña oficial. Correo del Orinoco, la Artillería del Pensamiento: “Presidente Maduro creó órgano superior de coordinación económica”. Y dice así: El organismo se instalará hoy y será encabezado por el Jefe del Estado, con la participación de ministros y el Poder Popular. Como parte de las medidas para hacer frente a la guerra económica, el Mandatario Nacional ordenó un plan especial de inspección general de todas las empresas de producción y de trasporte del país, que se iniciará el lunes. Y viene la cita textual para Maduro: “Quieren afectar también las grandes cadenas de suministro, mediante un plan para no cubrir el abastecimiento. La otra modalidad es poner menos cajeros en los supermercado, para aglomerar las colas. En el fondo lo que buscan es provocar una explosión social”.

  Maduro, ¿no le da a usted la cabeza para entender que por culpa de ese disparate que es la Ley Orgánica del Trabajo y el caos creado con los horarios, que las empresas han tenido que arreglárselas para tratar de resolver? ¿No entiende que es por culpa de su Gobierno que ahora hay, entra otras dificultades, menos cajeros en los supermercados?

  Pero sigamos leyendo de la visión oficial estampada en el Correo del Orinoco. Viene aquí la frase crucial. En la noche Maduro se reúne con la juventud del PSUV, que está de aniversario, y allí convoca a los jóvenes a incorporarse a la batalla contra el acaparamiento. Dice entonces la frase que en realidad resume todo lo que está pasando: “A mí no me van a derrocar señores empresarios”.

  Ese es todo su temor, ¿verdad, Maduro?

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2 comentarios

  1. Ya lo que diga o deje de decir Nicolas Maduro deberia importarnos poco. Lo importante es lo que cree y dice cada uno de los venezolanos. Cuando creemos esas mentiras, ¿que pensamos de nosotros mismos? Cualñ sera nuestra responsabilidad individual en este mundo de reves (o mejor dicho «Cambalache») en el que se ha convertido Venezuiela ? Sinceremonos y con eso empezamos a reconstruirnos

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