La exactitud de Merentes

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 Si bien ni El Universal, ni El Correo de Orínoco, ni Últimas Noticias, ni El Mundo – ya no nos llega el Diario Vea, pero suponemos que quizá aquí tampoco- reseñan en primera página la llamada masacre de Tumeremo, el país sigue conmovido, consternado e intrigado por lo que se dice allí ocurrió. “Angustia en Tumeremo”, titula El Nuevo País. “Ni vivos ni muertos hallan a los 28 mineros”, dice 2001. El general Rangel Gómez, gobernador del estado, insiste en que no hubo tal masacre: “No tenemos pruebas de que haya desaparecidos”, según le cita El Nacional. Pero desaparecidos hay porque no se encuentran por ningún lado. Y, en todo caso, el propio general informó que hay helicópteros sobrevolando la zona, buscando. La palabra “desaparecido” es peligrosa porque trae pésimos recuerdos en la historia de América Latina, en lo que tiene que ver con represión, violación de Derechos Humanos, torturas… ¿Saldrá la verdad a flote en Tumeremo? Veremos. Por lo pronto, los familiares de los mineros quieren que aparezcan los cadáveres, porque ya los dan por muertos.

  Ahora bien, en este país nuestro, donde lo insólito es la constante, donde es muy difícil no asombrarse, nos llega una noticia gruesa e increíble, que destaca El Nacional en su primera página. El señor Nelsón Merentes, como ustedes saben, es presidente del Banco Central de Venezuela. El señor Nelsón Merentes debe tener muy claras las cuentas del país. En todo caso, sabemos que tenía muy claro el monto de dólares en efectivo que fueron hurtados de su apartamento en el litoral central. Pero no entremos en ese asunto tan oscuro y escabroso, sobre todo por la participación de jovencitas. Dejemos eso de lado. Vayamos a lo que realmente puede afectar al país.

  Dice Merentes en una declaración dada a la publicación brasileña Valor Económico: “No tengo el monto especifico en mente”, esto cuando le preguntan por la deuda de Venezuela con Brasil. Dijo: “Desconozco la totalidad de la deuda con Brasil. No tengo el monto específico” ¿Cómo es que Nelsón Merentes no tiene una cuenta de esa envergadura, en mente o anotada por lo menos en un papelito? ¿Si él no tiene esa cuenta quién la tendrá?

  Pero más grave aún es esta afirmación que bien nos explica por qué el país está en el actual estado de catástrofe: “A veces se paga y a veces no”. Insólito. Imperdonable. Nos recuerda una melancólica canción de aquel triste cantante argentino Leonardo Fabio. Reseña El Estimulo.com: “El presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, fue entrevistado vía telefónica por la publicación brasileña Valor Económico y confesó que el país contará con $12.000 millones para importaciones este año.” ¿De dónde los va a sacar? Merentes calcula que los ingresos por la venta de crudo permitirán unos $12.000 millones en importaciones, lo cual implicaría una severa contracción con respecto a los $30.200 millones en compras externas que se registraron hasta el tercer trimestre del año pasado. Consultado sobre el trato que da a sus proveedores, el directivo señaló: “A veces se paga, a veces no se paga. Es necesario cuantificar todo y buscar qué sector venezolano puede impulsar sus exportaciones para que se busquen los recursos a fin de pagar en corto, mediano o largo plazo”.

  ¿Recuerdan a Eudomar Santos, el famoso personaje, por irresponsable, de Por estas Calles, el del “como vaya viniendo vamos viendo? El señor Merentes es su mejor personificación en los tiempos que corren.

  Hay una párrafo en El Estimulo.com que vale la pena subrayar: “Uno de los mayores importadores de productos brasileños es el propio gobierno, el cual justo el año pasado firmó un convenio con la empresa del sector cárnico JBS por $2.100 millones para abastecer a la red pública” Quizá parte de esto es lo que no se ha aclarado. ¿Recuerdan quien hizo esa negociación en Brasil? En efecto, el entonces presidente de la Asamblea Nacional.

  Todo esto hay que verlo en el contexto del escándalo que se ha armado en Brasil por los casos de corrupción con el propio Luis Inacio Lula Da Silva, quien venía con frecuencia al país en tanto agente de algunas de empresas brasileñas, particularmente, como se ha señalado, Odebrecht.

  “A veces se paga, a veces no”. Y si eso lo dice el presidente del Banco Central, pues apaga y vámonos.

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