La violencia fascista del gobierno

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   En nuestra página de Unión Radio hoy se informa: “El sector farmacia advirtió que la escasez de medicamentos se agudiza cada vez más. Fefarven insistió en que es necesario que el gobierno acuerde junto a la industria nacional las vías para solucionar las fallas actuales.” De esta escueta información se desprende que el gobierno todavía no se reúne de manera eficaz y provechosa con los sectores productivos.

  Recordarán la entrevista que sostuvimos días atrás con el periodista de la fuente económica, Roberto Deniz, quien afirmó que, a propósito del anuncio de aquel motor farmacéutico, todo había sido meramente protocolar. Los empresarios, los productores que acudieron a la reunión, dijeron que no había absolutamente nada en concreto, al menos para ese momento de la firma y la transmisión en cadena nacional.

  Pero la situación de la salud se complica cada vez más. El diario El Tiempo, en Valera, en su gran titular de hoy nos dice: “Medicina de guerra aplican en el Hospital Universitario Pedro Emilio Carrillo”. ¿Por qué? “La falta de insumos medico quirúrgicos, materiales, equipos y hasta de alimentos ha obligado al personal médico y de enfermería del Hospital Universitario a poner en práctica lo que se llama medicina de guerra, es decir, trabajar con lo que tienen en el momento para atender y salvar la vida de sus pacientes.” Cuando nos dicen “medicina de guerra” uno se pregunta, ¿cuál guerra?, ¿acaso es la guerra económica que, frustrado y derrotado, tanto ha denunciado Maduro? Quién sabe, pero, en efecto, hay una guerra.

  Una guerra que se manifiesta en violencia. El diario La Verdad, en Maracaibo, informa: “Violencia en el HUM. A puñetazo limpio y en medio de gritos y amenazas, hombres y mujeres afectas al oficialismo y representantes de los círculos bolivarianos impidieron la entrada de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional. El presidente de esta instancia, el diputado José Manuel Olivares, intentó ingresar al Hospital Universitario de Maracaibo para constatar la situación del centro asistencial, y levantar un informe en el que se precise la situación en la que se encuentra. Juan Pablo Guanipa, Avilio Troconis, José Luis Pirela y Rafael Ramírez, todos diputados de Primero Justicia, lo acompañaron y recibieron golpes y empujones. Los familiares de los pacientes denunciaron con valentía en medio de la trifulca. Una de ellas fue Adelsi González, entre llanto y desesperación, quien se llenó de valor para denunciar los problemas que la afectan en el hospital. “Mi papá se está muriendo, lo aislaron y no me dicen nada. No hay agua, tengo una semana sin bañarlo”. Otra mujer se quejó: “Nadie me quiere atender después de tres años. No tengo ni para comer, mucho menos para comprar las cosas que me piden”, Xiomara Rodriguez. Un hombre con chaleco amarillo amenazó a una mujer, ésta le reclamó: “Cómo podeis defender la falta de medicinas en el Universitario si ni sabéis cuánto es dos más dos”. El hombre respondió: “Dos más dos son cuatro, cuatro pepazos que te puedo meter aquí mismo y a mí no me importa”.

 Esa es la voz del fascismo. Esa es la voz de la violencia. Esa es la voz de la guerra que obliga a esa medicina de guerra en medio de penurias múltiples. Dice el diputado José Manuel Olivares: “Por eso perdieron el 6 de diciembre, porque se olvidaron de la gente. Es el primer hospital en el que no nos dejan entrar con una conducta agresiva”. A todas estas, ¿qué dice el director del hospital, Samuel Viloria? “Fue el poder popular el que actuó y no dejó entrar a la comisión de la Asamblea Nacional a las instalaciones del Hospital Universitario.”

Esta declaración, doctor Viloria, no solo es fascista sino al extremo cobarde, absolutamente cobarde. Quiere decir que usted, como no tiene argumentos para defender su gestión ante la Comisión de la Asamblea Nacional –que, por cierto, la encabeza un colega suyo, un medico también-, decide llamar a las turbas, a los grupos de choque oficialistas para que la violencia lo proteja. Eso es fascismo puro, violencia. Como violencia fue sabotear una sesión en la Asamblea Nacional a punta de abucheos desde las barras. Violencia, en definitiva, es la única respuesta fascista que tiene el gobierno ante esta situación donde el país se nos desbarata minuto a minuto.

La última noticia que quiero destacar también viene de Maracaibo. Es el gran titular de primera página del diario Versión Final. Me limito a copiarla porque no amerita mayor comentario, tan solo una exclamación. Pero prefiero que esa exclamación la ponga usted. El titular en cuestión dice: “500 mil gallinas mueren por falta de alimento”.

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