Las cosas de la señora Lucena

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En 2006 la señora Tibisay Lucena ya estaba al frente del Consejo Nacional Electoral. En ese año se llevó adelante la renovación de la nóminas de los partidos políticos. Para ese proceso, la señora Lucena decidió disponer de todo un largo año. 365 días para la certificación de los partidos políticos. ¿Por qué entonces en el año 2017 -once años después- la misma señora Tibisay Lucena, al frente del mismo Consejo Nacional Electoral, decide que para el proceso de renovación solo habrá 14 horas hábiles? Es decir, de 365 días en 2006 a solo 14 horas en 2017. Se le ve demasiado la costura, la trampa y la marramucia a la señora Lucena.

Este tema lo ha venido asomando, desde hace ya varias semanas, el diputado Diosdado Cabello, quien al parecer es el verdadero estratega del régimen o, como afirman no pocos, el que realmente manda y decide. En su programa “Con el Mazo Dando” ha venido asomando lo que algunos han definido como la “nicaragüización” del proceso electoral venezolano.

Recordemos qué pasó en Nicaragua: se ilegalizaron los partidos políticos opositores, y cuando se convocó a una campaña electoral Daniel Ortega se presentó sin verdaderos adversarios.

Tal Cual, en su edición como semanario, destaca en su gran titular: “Rectoras cierran la ruta electoral. Quieren “forfait” a favor de los rojos rojitos. Condiciones para renovar los partidos son virtualmente imposibles de cumplir, favoreciendo al PSUV como posible «partido único», pues la tarjeta de la MUD tiene una espada de Damócles encima gracias al TSJ: pudiera ser ilegalizada”.

Y todos los titulares en la mañana de hoy van en este sentido. La Nación, en San Cristóbal: “Torrealba: con las normas impuestas por el CNE es casi imposible relegitimar los partidos”. La Verdad, en Maracaibo, citando también a Torrealba: “El CNE busca ilegalizar a la oposición”. Dice Henry Falcón en El Informador de Barquisimeto: “Pareciera estar destinado el CNE a la liquidación de los partidos”. Versión Final, en Maracaibo: “La renovación de los partidos enloda las regionales”. Porque si en efecto se ilegalizan los partidos -con lo cual se ilegaliza nada menos que la democracia- ninguna elección, ni siquiera de reina de carnaval, tendrá sentido porque no se podrá llevar adelante con candidatos legítimos.

El régimen, con jugadas como esta, desnuda ante la opinión pública su verdadero carácter dictatorial, fascista. En ese sentido, y por si fuera poco lo anterior, el mismo Diosdado Cabello ha anunciado que va a demandar a Julio Borges, nada menos que por “usurpación de funciones”. Efecto Cocuyo: “Ayer el diputado informó que Borges será demandado por traición a la patria y usurpación de funciones al asumir la titularidad del Parlamento por el desacato en el que se encuentra la Junta Directiva, reiterando que él no es presidente de la Asamblea Nacional”. Habla como si, en efecto, el anterior presidente de la Asamblea fuera el dueño no solo de la Asamblea sino del país todo.

Y así van las cosas, con el régimen pateando inclemente cualquier vestigio de institucionalidad en la república. Hoy, por ejemplo, El Universal informa en primera página: “Entregan 40 mil becas a estudiantes de bachillerato con Carnet de la Patria. El Presidente Maduro aseguró que el Carnet de la Patria posibilita detectar las necesidades que tienen las instituciones educativas del país y permite solventar las fallas de “forma inmediata”.

En realidad, no es eso lo que está de fondo. El Nacional, también en primera página, da más luces: “Presionan a estudiantes y profesores para que tengan Carnet de la Patria. Una profesora en un liceo de Valle Abajo denunció que en la institución donde enseña comenzaron a pasar lista con nombre y número de cédula de alumnos y docentes, para revisar quién tiene el carnet. Corren rumores de que si no se lo sacan no los aceptarán en la universidad ni tendrán acceso a becas, dijo la profesora”.

Es decir, ahora el control será total vía Carnet de la Patria, que, a este ritmo, será inclusive más necesario, y seguramente más útil que la mismísima Cédula de Identidad. Sin el Carnet de la Patria, según como se ven las cosas, pronto usted no solo no podrá tener comida, tampoco derecho a la educación, ni a la salud, ni a la vida ni a nada. Así, el régimen va cerrando las pocas rendijas por donde podría entrar el aire fresco de la democracia.

 

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