Papelillo, puro papelillo

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   Hemos comentado que el gobierno vive en el pasado -para mentir e inventar una fantasía épica de la historia contemporánea-, y sólo habla del futuro, prometiendo y prometiendo, como si fuese un recién llegado al poder. El presente lo elude por completo porque es su fracaso.

  Hoy el Correo del Orinoco publica la fotografía de Hugo Chávez cuando apareció en aquellos escasos segundos para soltar su famoso “por ahora”: “Por ahora y para siempre en rebelión” –titula el diario-. “Marcha en Caracas en defensa de la revolución”. Y en la misma tónica va el diario Vea.

  Pero vengamos al presente, que es lo que importa. Entre tantas noticias sobre el problema de la salud, las medicinas que no se consiguen, el dinero que no alcanza, leemos esta grave noticia. Según publica El Estímulo, tomado de The Wall Street Journal:

   “Venezuela importó 5.000 millones de billetes en la segunda mitad de 2015. El cargamento llegó al país por vía aérea proveniente de varios países del mundo, la medida persigue incrementar la oferta de bolívares que cada día pierde valor por la galopante inflación.

  “(…) Esos cargamentos fueron parte de una importación masiva de billetes autorizada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, en el segundo semestre de 2015, con lo que intenta apuntalar la oferta de una moneda que vale cada día menos, según distintas fuentes consultadas por el diario.

  “En diciembre, el Banco Central de Venezuela inició negociaciones para encargar otros 10.000 millones de billetes, dijeron cinco fuentes, lo cual duplicaría la cantidad de efectivo en circulación y presionaría la inflación, la más alta del mundo.

  “Añade la publicación que el número es muy superior a los 8.000 millones de billetes que la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo imprimen respectivamente cada año, con la diferencia de que dólares y euros se utilizan en todo el mundo.”

  ¿Pero por qué la importación de billetes? ¿Acaso no tenemos una Casa de la Moneda? Regreso a la nota de The Wall Street Journal:

  “Las dificultades para imprimir billetes al ritmo de la inflación dejó a los bancos del país sin billetes de 100 bolívares el año pasado.

  “Los pedidos del Banco Central de Venezuela han sido de billetes de 100 y 50 bolívares, porque los de 2, 5, 10 y 20 valen menos que el papel en que están impresos, según siete personas consultadas.

  “The Wall Street Journal intentó contactar a cuatro voceros del BCV, pero no respondieron llamadas ni correos electrónicos.

  Según otras informaciones, la Casa de la Moneda no tiene tinta ni papel de seguridad para poder imprimir.

  En esas estamos. El gobierno apela a la política del avestruz: darle la espalda a la realidad. El país todo le pide que enfrente el problema, pero el gobierno lo evita. Y ya que no los puede imprimir, pues importa billetes y más billetes. Esa es su solución, llenar las calles y nuestros días de papelillo, puro papelillo. ¿A cuánto llegará la inflación después de semejante disparate? ¿A cuánto después de semejante cobardía?

  Un país donde la propina que usted le da al bombero es mayor que lo que pagó por la gasolina, es un país que está muy mal. Y un país que está muy mal requiere de un gobierno con claridad, inteligencia y coraje para enfrentar y superar las adversidades. Para eso se gobierna. El coraje y valor verdaderos están allí, no en una asonada felona cayéndole a plomo limpio a una casa donde solo estaba una señora, Blanca Rodríguez de Pérez.

  El coraje es para otras cosas. Lo demás es cobardía.

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