Pichaque

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  Laureano Márquez ilustra su editorial de hoy con la imagen de Los Tres Chiflados, Larry, Curly y Moe. Aquí están Moe, el auténtico y Larry, el auténtico, pero en lugar de Curly, en el medio, no está el auténtico, está nada menos que Jorge Giordani, quien ha pasado a ser el centro de la polémica.

  Giordani detestado, criticadísimo por el sector opositor desde hace ya varios lustros, recibe ahora también las críticas, los insultos, las objeciones de sus antiguos partidarios. ¿Cómo se puede llegar a tanto?

  Dice Laureano Márquez en su editorial contra Jorge Giordani:

  “Nos dice usted que esta pesadilla que padecemos estuvo movida por “el sueño de un mundo mejor”. ¿Una inflación que se acerca a tres dígitos es un mundo mejor? ¿La destrucción del aparato productivo nacional para pasar a depender de las importaciones es un mundo mejor? ¿25.000 muertes el año pasado es un mundo mejor? ¿Más de 3000 detenidos y más de 40 muertos y un sinfín de torturados es un mundo mejor? Descubre usted, casi con asombro, que se robaron los fondos del Estado en el momento en que más dinero le ha entrado a Venezuela en toda su historia y que el dinero se está usando con fines políticos. Descubre usted que hay un “vacío de poder” y una incapacidad estructural para la conducción de los destinos del país. Caramba, ¡y lo viene a descubrir precisamente el día en que lo botan! (…) Dicho en criollo tarde piaste, pajarito.”

  Ciertamente, hay una actitud demasiado descarada por parte del señor Giordani con su carta. Ayer ya lo comentábamos, es la carta de un fanático y de un irresponsable. Pero quiero llamar la atención sobre lo que apunta Laureano Márquez, cuando dice: “Descubre usted, por ejemplo, que se ha gastado dinero con fines políticos”. Hay denuncias muy graves en la carta del señor Giordani. Y me pregunto, ¿la señora Adelina González no se ha dado por aludida? Lo comento porque la veo retratada hoy en  la primera página del diario Vea, donde dice: “Unos 70 mil funcionarios obligados a presentar declaración jurada de patrimonio”. Sí, pero señora Contralora –todavía, por cierto, “Encargada”, porque usted no es la Titular, usted es sólo Encargada. ¡Hace ya tanto que murió el señor Russián!-, ¿usted no se va a ocupar de esto? ¿Usted no se va a ocupar de esas denuncias tan graves de cómo, por ejemplo, hubo que incrementar el gasto público por la campaña electoral del 2012?

  Ahora, esta carta de Giordani ha producido una sacudida, un terremoto inmenso dentro del régimen. Basta leer la primera página de El Universal: “Economía arrastra fallas del modelo Giordani. Desde el Ministerio de Planificación creó un sistema que hoy muestra efectos negativos, como la caída de sectores claves, un severo déficit fiscal y el agotamiento de los controles”. Otro titular: “Aseguran que malestar de las bases llegó al alto nivel del chavismo. Nicmer Evans considera que la carta de Giordani evidencia la necesidad de cambios en el debate dentro del oficialismo”. Otro: “PCV critica la improvisación en las políticas gubernamentales”. Otro: “El PSUV demanda lealtad ante los días difíciles por venir”. Otro: “»Discutamos todo lo que haya que discutir. Asumamos los postulados que haya que asumir, en lo ideológico, en lo organizativo, en lo internacional; manejemos las posturas que queramos pero debemos ser leales con nosotros mismos (…) Lealtad, unidad, pero sobre todo lealtad». Eso lo exige, lo suplica -porque ese es el verbo indicado, tal y como lo publica Tal Cual-, Jorge Rodríguez. Eso evidencia que adentro del Psuv lo que hay es cualquier cosa menos lealtad. Eso allá adentro se volvió, por lo visto, para decirlo en criollo, una especie de pichaque.

  Y, en medio de este panorama, leo en El Nacional: “Expertos consideran que con los enroques de militares en el gabinete, Maduro pretende blindarse dentro y fuera de la FANB, y deslindarse de los errores económicos de Giordani. Los despachos en manos de los Generales García Plaza y Graterol, manejan más recursos que el Ministerio de la Defensa”.

  Algo esta temiendo el señor Maduro que en la debacle, en el terremoto que está viviendo el régimen, decide cubrirse, flanquearse solo por militares. Algo sabrá.