Carta al banco de Inglaterra - Laureano Márquez

Carta al banco de Inglaterra – Laureano Márquez

Publicado en: Tal Cual

Por: Laureano Márquez

Laureano Márquez

Mr.
Mark Carney
Gobernador del Banco de Inglaterra.
IN YOURS HANDS.

Estimado Gobernador:
Por ahí deben haber llegado algunos ciudadanos con aspecto sumamente sospechoso y caras de cuentas en Andorra a pedirle -en nombre del régimen venezolano- la repatriación de las 14 toneladas de oro que nos van quedando de aquellas 99 que tuvimos alguna vez, sin que sepamos bien donde se encuentra el faltante luego de que se repartiera, perdón, se repatriara desde las bóvedas a su cargo.

Carta al banco de Inglaterra - Laureano Márquez

Señor Gobernador, esas 14 toneladas, a razón de 0,466 gramos por ciudadano venezolano (que ni para una medallita de la Coromoto nos alcanza), es lo único que nos quedará al final de este proceso destructivo para cuando el país deba recomenzar desde abajo cuando esta gente abandone el poder.

Si usted entrega ese oro, Mr. Carney, nos dejará como se dice popularmente en Venezuela: “como talón de lavandera”, “en el ladre absoluto”, “en la pelazón más espantosa”, y dejo hasta ahí el listado de nuestras habituales exclamaciones de carestía de fondos porque las que suelen usarse como sinónimo son impublicables.

Usted no puede echarnos esa varilla. Mire, ni que le lleguen armados ni encapuchados -que podría suceder porque con esta gente nunca se sabe- usted me les entrega ese oro. Si quiere entrégueles unas barras de plomo pintadas de amarillo, pero ni se le ocurra -¡mire que se lo pido por San Jorge, que ya es mucho pedir!- darle esas 14 toneladitas que la providencia ha querido preservar, por intermedio de su banco, para recomenzar un negocio petrolero algún día.

Los venezolanos recordamos cuando llegaron las que fueron traídas mientras vivía el Supremo. Todos nos preguntamos por dónde andará ese oro en estos momentos. ¿Quedará algún lingote en el banco central?, ¿quién da fe de eso? Porque aquí las cosas no son como allá, querido Mark. Aquí se roba en serio, los corruptos europeos son unos aficionados. Aquí hay gente que roba y viene a enterarse cuando lo detienen en Estados Unidos, porque como quien maneja el tesoro piensa que eso es suyo, pasarlo de las cuentas del Estado a la personal, equivale para ellos a cuando el resto de los mortales transferimos de la cuenta de ahorros a la corriente.

Por otro lado, entiendo que el oro que ustedes tienen allá está valorado en 420 millones de euros. En verdad, para el nivel de robo de la revolución bonita, es una cifra insignificante. Aquí no se está robando menos de mil millones por contrato corruptivo. Por otro lado, sospechosamente luego del anuncio de repatriación, vino Erdogan y alguien dijo que le van a dar oro. Conecte una cosa con otra. ¿No sé si me explico? Es curioso Mr. Mark, cuando derriban las estatuas de Colón por estos lados se hace en nombre de la crítica a la sed infinita de oro del conquistador y del maltrato de que fueron víctima los pobladores autóctonos. En ambas cosas este régimen ha mostrado particular desenfreno. Para muestra el botón del Arco Minero.

Nada Gobernador, que tenga usted una feliz Navidad, “your complete cooperation is expected” para que no nos vaya a pasar como aquella canción del barbarazo que acabó con too.

«Ténganos ese oro allá, si no es molestia«.

 

 

Lea también: «The venezuelan corruption«, de Laureano Márquez

 

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