La Ilegítima ANC – Ismael Pérez Vigil

Publicado en Noticiero Digital

Por Ismael Pérez Vigil

ismael perez vigil

Los tiempos de forzada “fluidez como los que vivimos, son propicios para discutir hasta la idea más peregrina sin que nadie se extrañe por ello; como por ejemplo, el de la “legitimidad” de ese bodrio llamado Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que a muchos no les gusta tocar.

En la oposición democrática optamos por no participar el 30J en la elección de la ANC, pero no tuvimos la fuerza para impedir que se llevara a cabo el proceso fraudulento con que se eligió, ni tampoco para evitar que se instalara. Vimos impávidamente como el CNE inventó millones de votos que nadie ha visto, no vimos a las “multitudes” votando, ni conocemos la cantidad de votos con los que resultó electo cada “representante”. En todas las elecciones el CNE ha publicado los resultados hasta el nivel de mesa electoral, excepto los de la “elección” de la ANC; se limitaron a dar una cifra global, que cumplió el “requisito” de ser mayor que la del plebiscito realizado por la oposición el 16J y con eso fue suficiente para ellos. 

Después de eso, internamente la Asamblea Nacional desconoció la legitimidad de la ANC y lo mismo han hecho los partidos políticos opositores y en general todos los que nos oponemos a este régimen. Lo mismo ha ocurrido internacionalmente, una buena cantidad de gobiernos y parlamentos han desconocido la legitimidad de la ANC, que consideran –con toda propiedad– que fue electa en unos comicios fraudulentos. Fuera de toda duda la ANC es inconstitucional, fue convocada inconstitucionalmente, fue electa de manera fraudulenta, nada de lo que haga tiene valor jurídico alguno. Pero lo que no podemos obviar es que esta allí y es uno de los factores con los que la dictadura ejerce su dominación. Con un agravante: Pusimos todos los huevos en la canasta de que se impediría la elección de la ANC y su instalación, y perdimos la apuesta, con la consiguiente desmoralización para todos los votantes opositores y muchos optaron por no salir a votar el 15-O, con lo cual el régimen logró su objetivo. Sabemos todo lo que rodeó esa fecha, pero ya íbamos derrotados de antemano.

Ahora la dictadura, internamente, no necesita que se legitime la ANC; la dictadura lo único que necesita es imponerla, porque para eso es dictadura, para imponer sus condiciones de dominio y sojuzgamiento y aplicar la represión a los que se resistan. Para eso cuenta con todos los “aparatos” del Estado y la ANC es un “aparato” más, hecho a la medida del régimen en su plan de mantenerse en el poder.

Donde obviamente nos afecta más la ANC es en materia electoral, pues ahora, por razones estrictamente políticas, la dictadura hace que pasen por la ANC las convocatorias a elecciones; para desmotivarnos más, para desalentarnos, para dividirnos, para que nos abstengamos de participar; y le creemos el discurso, hasta el punto de que las elecciones de gobernadores y de alcaldes, aun cuando están previstas explícitamente en la Constitución, la dictadura las “convoca” a través de la ANC y nosotros le compramos el argumento y somos los primeros en decir que, porque las convoca la “ilegítima” ANC, no hay que participar. Eso es, precisamente, lo que quiere la dictadura; si participamos nos hace trampa, pero si no participamos, mejor, así ni siquiera tiene que hacer la trampa y tampoco tendrá la reprobación internacional por haber cometido fraude.

Estas son las nuevas reglas del juego: todo funcionario electo tendrá que juramentarse ante la ANC, un arma más de ataque y disuasión a participar; y pronto los que quieran ser candidatos de algo, tendrán que pasar previamente por un “visto bueno” de la ANC, como lo han anunciado algunos de los voceros del régimen; nosotros veremos si aceptamos participar o no en esas condiciones; si no las aceptamos, no participaremos; pero, como esta dictadura se legitima ganando elecciones, los cargos no quedarán vacios, eso tengámoslo por seguro, es algo que ya hemos vivido y experimentado. Si no participamos, la dictadura “ganará” con millones de votos fantasmas, pero procesos electorales siempre habrá, sino veamos el caso de Cuba y Zimbabue.

Pero si aceptamos esas reglas del juego, la condición implícita será “juramentarse” ante la ANC. ¿Cómo vamos a lidiar con este tema? Y no es una pregunta retórica. Para mí, al igual que para millones de venezolanos, en lo personal la respuesta es fácil; como no aspiro a ningún cargo de elección, nadie me va a pedir que jure ante la ANC, no tengo dilema, tranquilamente me puedo rasgar las vestiduras, arroparme con los “principios” y plantear de manera dura, tajante y fulminante: ¡Que Nadie se “humille” juramentándose ante la ANC!, ¡El que lo haga es un traidor y un vendido al régimen!… ¡Listo!… ¡Qué posición más consecuente y sólida! ¿No? Todas las salidas “individuales” son fáciles, aunque se tomen en masa.

Mientras no tengamos otra vía, distinta a la electoral, pacífica, democrática y constitucional –que como dice un amigo: “…esa otra vía existe, tengo fe en que existe, aunque no sé cual es…”–  tendremos que plantearnos el tema de la ANC de una manera más política y pragmática.

Podemos, como dije, arroparnos con los principios y no participar nunca más en los procesos electorales que organizará la dictadura y presidirá este CNE, o uno similar; o tendremos que asimilar esa “nueva” regla de juego y hacer lo que sea necesario para que los candidatos que elijamos ocupen los cargos para los cuales los elegimos, incluyendo la juramentación ante la ANC; o esperar a que algún sabio de los que abundan en contra de las elecciones, nos diga de una vez cual es su fórmula –en la que mi amigo cree por pura fe– para derrotar a la dictadura.

@Ismael_Perez

 

 

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