Las cenizas de Sandino – Jean Maninat

Por: Jean Maninat

¿En qué momento se transforma un joven idealista, empeñoso hastaijQRMSXo_400x400 dar con sus huesos en la cárcel, triunfador sonriente en la lucha contra una sanguinaria dictadura bananera, en un avorazado déspota, capaz de trapichear todos los valores que alguna vez defendió con tal de permanecer en el poder? ¿Qué proceso genético-político se disparó para que desarrollara esa costra de amoralidad, esa mirada resbaladiza, la sonrisa cínica aquí, obsecuente más allá, el aire torvo de un Pedro Navaja cualquiera?

¿Dónde se tuerce la historia? ¿En qué pliegue del uniforme verde oliva invernaba Somoza, esperando el momento de regresar, bajo banderas rojinegras de estirpe anarquista, guarnecido cual polizón en las amplias alas del noble sombrero de Sandino, para repetir el infortunado empeño de fundar una dinastía “benefactora” y usurpar el derecho de un pueblo a ejercer plenamente la democracia, bajo otro apellido y otra prole? ¿Dónde están enterrados los quehaceres de tantos “compas” que dieron la vida –así de épico–  por alcanzar una Nicaragua democrática?

Seguramente en los resquicios marxistas-lenilistas que animaron sus lecturas iniciales, en el catequismo de una dictadura del proletariado tropical de raigambre fidelista. En la lógica corsaria según la cual una vanguardia militar triunfante tiene el derecho a considerar el país, la sociedad donde actúa, como un botín de guerra, una piñata a repartir entre sus allegados en virtud de sus sacrificios revolucionarios. Hoy en día, en el ardid de utilizar la bondades de la democracia para irla cercenando, trozo a trozo, hasta anularla según las enseñanzas del socialismo del siglo XXI y su fundador.

(En 1984 –hace 32 años, ¡perro!– con Carlos Raúl Hernández publicamos un trabajo conjunto, Cuba-Nicaragua expectativas y frustraciones, señalando la deriva totalitaria que ya entonces mostraba el proceso sandinista y su parentesco ideológico con la revolución cubana de entonces. Nos llovió tupido, para decirlo amablemente. Los comandantes sandinistas –algunos de ellos hoy arrepentidos– gozaban de una alta estima entre la izquierda vernácula precelulares).

El excomandante y hoy presidente Daniel Ortega se ha dejado de rodeos y ha expuesto su voluntad de instaurar una nueva dinastía política, de perpetuarse en el poder junto a su ya todopoderosa esposa al nombrarla como su candidata a la Vicepresidencia en las elecciones presidenciales de noviembre. La reelección perenne de la pareja presidencial. El sueño del pibe al sur del continente hoy hecho escandalosos añicos.

Un zarpazo “constitucional” ya había  eliminado todo vestigio de representación opositora en el Congreso para pavimentar la ruta hacia un régimen de partido único. Es la misma idea que acaricia la élite roja en Venezuela: borrar de un plumazo inconstitucional la voluntad popular que hoy la adversa mayoritariamente.

En Nicaragua, sobre las cenizas de Sandino se pretende fundar una nueva dinastía: la de los Ortega y su prole enriquecida. ¡Somoza vive!

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Un comentario

  1. Excelente artículo, profesor, recordar parte de la historia latino americana,que de una u otra manera estuvo relacionada con nuestro país, en aquellos años de dictaduras militares que nos acosaba en el continente, y muchos buscaron alivió dando sus vidas para instaurar la democracia, el FSLN sacrificó mucha gente detrás de ese sueño, por tanta anarquía Somocista,se perdieron pueblos completos de «compas», y de dirigentes como Camilo Ortega, ilustres como el periodista Chamorro, y pensar que en el tratado firmado en Julio del 1979, por la reconstrucción nacional de Nicaragua, uno de los firmantes el hoy presidente Daniel Ortega, exponían uno de los principales puntos, «la pluralidad política del país», evocó a un productor agropecuario de la zona de Perija en Zulia, que decía a sus 84 años de edad
    » con el pasar de los años, me he dado cuenta que el tiempo no cambia, lo que cambia es la mentalidad de la gente» hoy en día el presidente de ese país se atornilla al poder, muy similar a Somoza,
    Y en un discurso que Ortega pronunció, asumo que que dijo una frase si percatarse que esa misma la pronunció Somoza tras haberle dado muerte a Sandino «……….lo hice por el bienestar y el futuro del pais».
    Algún día nuestros pueblos latinos americanos,aprenderemos a elegir presidente con perfiles de gerentes y no de operadores políticos.

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