Quien ríe de último, ríe mejor – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Como todos los domingos, usted el 6 de diciembre va a madrugar para hacer colas. Porque los domingos usted y yomk9HMijk_400x400 hacemos colas junto con millones de venezolanos en procura de los productos más elementales. El mercado. La farmacia. La venta de repuestos. Y cuanto Dios crió. Pero el 6 de diciembre toca hacer la cola más importante en mucho tiempo: la de votar.

Tal como usted y yo y millones de venezolanos hemos aprendido a juro todas las técnicas para hacer las colas para onseguir los productos indispensables para nuestra vida cotidiana, esa cola especialísima supone también táctica y estrategia.

Haga su tarea. No vaya al «examen» sin estudiar. Comience ya por buscarse en el REP y asegurarse que usted sigue apareciendo en el centro de votación donde supone le toca. El registro le permite saber varias cosas: la mesa, los miembros de mesa, el número de electores por centro y por mesa. No vaya a ciegas. Con antelación, busque y revise el tarjetón electoral. Familiarícese con él; atento a las conchas de mango para que no las pise. Están por todos lados, desde las tarjetas que lucen como pero no son hasta candidatos con el mismo nombre. Si los equipos de promoción electoral de su circuito no le han facilitado una chuleta, pídala o hágase una. No es ilegal llevarla en su bolsillo.

No hay razón alguna para que los centros electorales presenten colas interminables. Pero imaginemos que sí. No se vaya. Es exactamente lo que «usted-sabe-quién» quiere que usted haga, que tire la toalla, que no vote. Porque una elección es como la lotería: nadie puede ganarla si no compra el ticket para jugar. Si usted no vota, gana el otro.

No crea en cuentos de caminos y leyendas urbanas fabricados y esparcidos para espantarlo. Desde los trágicos sucesos de elecciones de hace años hasta ahora, es mucho el terreno que hemos ganado en cuanto a evitar las trácalas. Cuando entre en el centro de votación asegúrese que él o lo testigos de su opción están presentes. Es más, averigüe ya cómo se llama(n) y de ser posible contáctelo(s) con anterioridad. Seguramente usted lo(s) conoce de vista y/o trato, pues suelen ser de su comunidad. Averigüe su email y celular. Tómese todo el tiempo que necesite antes de pulsar el «vote» final. Él tarjetón ha sido diseñado para generar confusiones en el elector. Demuestre que usted no es un idiota. Revise el papelito y asegúrese que concuerda con su voto. Si no es así (lo cual estadísticamente ha sido circunstancia ínfima en las últimas dos elecciones), antes de depositarlo en la urna, manifieste su inconformidad con los miembros de mesa y él o los testigos de su parcialidad política. No se quede con el refunfuñó por dentro.

No permita que ningún miembro de mesa, funcionario electoral o integrante del Plan República lo ningunée. Lo cortés no quita lo valiente, pero ellos no están por encima de usted y no tienen competencia alguna para pisotearlo o vejarlo. No hace falta pegar gritos para hacer valer sus derechos. Pero hay que mostrar carácter si se presenta un abuso o irregularidad. No existe título o cargo más importante que el de «ciudadano» y usted lo es. Nadie tiene derecho a faltarle los respetos. Usted no es «camarada». Así se esfuercen por tratarlo a usted como tal, deje sentado, en voz clara e inteligible, que el trato debe ser de «ciudadano». Ah, el Plan República no puede estar en el recinto electoral. Pero no los trate como «el enemigo». Buena parte de quienes integran el PR son jóvenes que sufren las mismas calamidades que usted y muchos son virtualmente abandonados por varios días en los centros sin tan siquiera comida y suministros.

He sido miembro de mesa, testigo, coordinador electoral de mesa y centro, etc. En muchos comicios a lo largo de mi vida he visto mucha agua correr bajo el puente. Es cierto que nos abundan las razones para la desconfianza, que las dudas se nos han montado en el espinazo y no de gratis. Usted está en todo su derecho a fruncir el ceño. El oficialismo se llena la boca repitiendo que ganan elecciones pero se cuidan mucho de contar cómo han ido perdiendo apoyos hasta finalmente llegar a donde hoy están.

Estamos a escasas semanas. En poco tiempo estarán disponibles las mediciones de encuestas por estado y circuito. Los números que usted lee hoy en los medios y redes son nacionales. Son bastante negativos para el oficialismo. Se asombrará usted cuando vea esos números con el microscopio puesto en las regiones y circuitos.

A última hora, en un esfuerzo desesperado por intentar salvar la situación, el oficialismo botará la casa por la ventana. ¿Que le dan algo? ¿Sabe qué? Lo necesite o no, tómelo. Lo que sea que le estén regalando, lo pagan con el dinero de los ciudadanos. Es decir, en realidad usted ya pagó por ese perol o esa bolsa de comida.

El oficialismo jura que los venezolanos somos imbéciles. Lo que buscamos y necesitamos la inmensa mayoría de venezolanos es un Poder Legislativo Nacional DDD, decente, diligente y democrático. El 6D usted y yo y millones de venezolanos tenemos la oportunidad de decirle que quien ríe de ultimo, ríe mejor.

soledadmorillobelloso@gmail.com
@solmorillob

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