Un poquito más – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Contaban los juglares de los reinos que los bufones se peleaban a cuchillo por el puesto de ser el bufón de la corte de Enrique VIII, quien los iba escogiendo según su placer para luego descartarlos al menor desliz. Igual va a pasar con Bertucci y todos los que concurran a Miraflores a hacerle la reverencia a Maduro.

Vas a tener una próxima semana más bien tóxica. Chorrera de anuncios. De cambios en el gabinete que son cualquier cosa menos cambio. De anuncios rimbombantes de liberación de presos. De destituciones y coronaciones. Nuevos virreyes. Y de mesas de «diálogo con el pueblo». Algunos anuncios te sonrojarán la calva. Otros te asquearán. La mayor parte te dejarán impávido. Todo para simular y disimular.

El problema grave, si me permites, está en la oposición. Entre los agentes libres, que hacen su propio dibujo, los rebeldes y los estructuralistas la pelea es a muerte. Cunde la idiotez. Y la repartidera de culpas. Y el entierro del espejo. Y el llantén y el pobrecitismo. No falta unen dice que hay que sentarse con Maduro.

Los gringos dicen que o ponen orden o ellos lo ponen. El asunto de Kellog’s generó angustia  (menor pero angustia al fin) entre las compañías con bandera de «stripes and stars». Nótese la declaración de VenAmCham.

Serrano recomienda que se expropie empresas y se les dé a empresas de países amigos sustanciosos paquetes accionarios. China ya pidió a Kellog’s. Que ellos saben hacer hojuelas. Y además su Rice Krispis es magnífico.

Turquía quiere tajada en turismo.

Irán industrias de manufactura de bienes durables y semidurables.

Putin quiere la minería y las armas.

Los amiguetes se van a repartir el país.

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