Trómpiz

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   Tengo ante mí, a una mujer de tez morena, la mujer esta tendida en una cama. La habitación donde está esa cama es pequeña, no hay mucha distancia entre la cama y la pared cubierta con una cortina, hay una mesita cerca con un vaso de agua. La mujer me da la espalda. La mujer es joven y tiene un cuerpo absolutamente perfecto. Está desnuda, sus nalgas brillan, la hendidura que marca la columna vertebral en una espalda magnifica también brilla. Es una mujer extraordinariamente apetecible y seductora. En un extremo derecho, abajo, se lee Virgilio Trómpiz, 1951. El autor de ese cuadro se nos fue días atrás, el 3 de septiembre, a los 85 años de edad.

  Leo este pequeño obituario: “El artista plástico venezolano Virgilio Trómpiz, nacido en coro en 1927, falleció el lunes 3 de septiembre a los 85 años de edad en horas de la noche víctima de un infarto. El pintor de las mujeres, como era conocido, tuvo una prolífica carrera. La obra de Trómpiz se caracterizaba por tratar la figura humana con sutil colorido. Trómpiz se dedicó a dibujar figuras femeninas sobre fondos decorativos que configuraron un estilo plenamente reconocible dentro de la figuración venezolana del siglo XX. Trómpiz obtuvo el Premio Nacional de Pintura en varias oportunidades y su obra está representada en distintas colecciones del continente”.

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  En una nota biográfica leo: “En 1979, la Corporación Venezolana de Guayana conjuntamente con la Galería Durban, editan el libro Trómpiz. Como alumno de la Escuela de Artes Plásticas reflejó inicialmente la influencia del cubismo de Braque y Picasso, se dice en este libro. A diferencia de sus compañeros de generación, (Manaure, Navarro, Guevara Moreno etc.) no transitó el camino del abstraccionismo y aunque no despreció el color plano, sintió, como Poleo en los últimos tiempos, predilección por la figura femenina ambientada sobre fondos decorativos, donde juega el armonioso colorido de una escenografía tropical formada por telas cortinas y alfombras. En los últimos años Trómpiz empleó un color más sensual y sugerente, marcando fuertes contrastes con el claro oscuro y aproximándose a la luminosidad de la materia de Armando Reverón, pero con gran cuidado de limitar su repertorio temático a las figuras femeninas». Asídice la nota biográfica.

  Se ocupó de las mujeres, exclusivamente de ellas, y ellas están allí en múltiples formas, seductoras, ampulosas, más delgadas, hermosas, otras no tanto, pero siempre con un misterio, con un encanto ineludible. Esa es la obra que nos deja Virgilio Trómpiz.

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