Crónica de un concierto con Aquiles y César Miguel

Chacao

El Festival de Lectura de Chacao se ha convertido en una referencia para la Ciudad que convoca a los habitantes de Caracas a compartir con los libros, los intelectuales, los artistas del teatro y los músicos. Es tal el fervor de la gente que asistió al festival que nos permitió soñar con la metrópolis de los años 70 en la que todo era posible, porque vivíamos una época de prosperidad y de libertad. El público que asistió cada día a la Plaza Altamira durante las dos semanas que duró el evento, fue muy nutrido, variopinto y provino de toda la ciudad. Esta actividad es todo un acierto de la Alcaldía del Municipio Chacao. El día 29, César Miguel Rondón presentó su último libro: “País de Salida” y en esa oportunidad el escritor, periodista y conductor de radio expresó algunas ideas dignas de comentar. Refirió que al retornar su familia a Venezuela, luego de un largo exilio en México, su padre lo llevó a las instalaciones del Congreso, donde era diputado, y le prometió que nunca más abandonarían Venezuela. Este mensaje en estas horas de desesperanza, en que buena parte de la juventud, con una base lógica, piensa en emigrar, se torna en un discurso de esperanza, fe y lucha, que nos hace mucho bien como país.

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También refirió César Miguel una anécdota del ingreso de su padre a México como exiliado. El encargado de inmigración le preguntó si tenía una oferta de trabajo y el futuro diputado Rondón Lovera, dijo que sí, que sería contratado como chofer del Poeta Andrés Eloy Blanco (aunque éste no tenía carro); enlazó César Miguel está anécdota con la de un chofer que lo llevó a Valencia y en el camino se enteró que su conductor era un profesor titular de la UCV, Doctor, músico e investigador. Hechas estas menciones, pasó a comparar esos dos “choferes” con el conductor de metrobús que hoy nos desgobierna. Al día siguiente el mismo periodista presentó otro libro, patrocinado por Banesco, esta vez sobre los músicos más sobresalientes de actual camada venezolana, que según propia declaración, “son los mejores que hemos tenido”. La idea de que haya un movimiento musical de altísimo nivel en el país, con la crisis que vivimos, revela una gran resiliencia por una parte y por la otra una gran capacidad de innovación y de fe en las posibilidades del país y su juventud.

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Aquiles Báez confirmaba la calidad sin par de estos jóvenes músicos y nos refería toda una serie de estrategias de cómo se habían reinventado los músicos para sobrevivir: desde conciertos en múltiples sitios pequeños, hasta llevar música a los hogares para compartir con los vecinos. También nos habló de Guataca un proyecto que se propone ampliar la difusión de la música venezolana, que básicamente ha servido como plataforma para impulsar a este movimiento y ser su pivote. Dijo Báez que Guataca organiza 150 conciertos anualmente, en Venezuela y en exterior. Eso ayuda un poco a entender como se ha estructurado este movimiento y como estos innovadores musicales han encontrado condiciones para integrarse, cooperar y crear música de nivel mundial, en medio de la desolación que abruma al país. A continuación Aquiles agarró su guitarra y dibujó un arco iris de sonidos. Nos hizo evocar El Ávila majestuoso, hizo llorar a mucha gente con una composición de la lluvia cayendo una tarde sobre los tejados del trópico caraqueño, nos hizo vibrar con Eleanor Rigby de los Beatles y por último nos puso a hacer coros y olas con una composición suya muy movida e integradora.

En fin que en esas dos semanas nos transportamos al primer mundo, soñamos con un país mejor, en libertad y con oportunidades. Aunque la crisis arrecia y el revocatorio es nuestra salida legal a este régimen nefasto, siempre es bueno refrescarnos con los aires de la cultura

Miguel Méndez Rodulfo

6 de mayo de 2016

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