AMLO, México y los venezolanos – María Antonieta Rondón Anzola

Por: María Antonieta Rondón Anzola

Que haya ganado AMLO en México puede ser preocupante y todo latinoamericano que haya vivido en países destruidos por líderes de izquierda (Venezuela, Cuba, etc) tiene derecho a asustarse y lamentarse.

Sin embargo, con toda franqueza: me molesta un poco ver tanto meme y tanto abucheo a los mexicanos por parte de los venezolanos. Hay que cuidarnos de ser arrogantes y ahorrarnos los «ya verás cómo terminará esto» y los «te lo dije.» Hay que desear que, pase lo que pase, las cosas no terminen mal. Hay que pedir por que AMLO lo haga bien, en vez de lanzar a la basura el futuro de México y de paso ser prepotentes al respecto.

Democracia es democracia y a pesar de nuestros gustos personales como extranjeros, en México triunfó la democracia porque hubo elecciones libres donde cada ciudadano pudo mostrar su voz con su voto. Ayer fue evidente que la población mexicana le habló claro y fuerte a Peña Nieto y lo que él representa, y pidió la cuenta.

Quien crea en la democracia no puede desear que México pase por lo que pasó Venezuela. Tiene que dirigir energías para que no sea así; o en todo caso, revisar las políticas propuestas por AMLO y cuando las empiece a implementar o no (en vista de que ni siquiera ha asumido su cargo, y ya lo estamos juzgando), buscar la manera de apoyar a los mexicanos e informarlos sobre lo que ya conocemos nosotros. Hay que creer que a pesar de sus ideologías personales cuestionables (sí, hace 3 días dijo que Fidel Castro era un gigante), AMLO gobernará por el bien de México.

Y si no es así, si AMLO termina destruyendo a México, o comenzando a hacerlo (disminuyendo la independencia de los poderes públicos, cambiando la constitución a su gusto, etc.), pues entonces nos tocará apoyar a México como se apoya a un país de la misma región, o como quisiéramos que nos apoyara México ahora que pasa Venezuela por lo que pasa. No estar con un «te lo dije» prepotente. Pareciera más bien que nos sentamos desde un palco de superioridad porque sabemos qué pasará en México porque ya lo vimos, y que entonces estamos esperando a que pase. Pareciera que hay quienes quieren que el triunfo de AMLO y su presidencia demuestren que sus principios políticos son los correctos, y no los de quienes siguen a personas de izquierda. AMLO no sería el primer presidente de izquierda que no arruina su país; sí, está Bachelet, Kirchner, Correa, Evo (y eso solo en Latinoamérica), pero ninguno de esos países está como Venezuela, y a ellos mismos también les pudimos haber dicho «te lo dije.»

En vez de enfocarnos en lo que hace a AMLO similar a Chávez, podemos enfocarnos en lo que lo hace distinto: no es militar, no quiere una reforma constitucional, no es anti democrático (no ha intentado un golpe de estado o llamado a la centralización del poder), quiere transparencia. Y por otro lado, un presidente no es un país. Y las visiones personales de un presidente (a veces no presentes en varias de sus políticas) no determinan su gobierno. Chávez se comió las instituciones e hizo con los poderes públicos lo que le dio la gana; pero en México la gente puede pedirle a AMLO con la misma ferocidad con la que votó el día de ayer que rinda cuentas si en algún momento no cumple con alguna de las muchas promesas que hizo en su campaña.

En vez de ver para abajo, reforcemos la importancia de las instituciones liberales y la independencia de los poderes públicos, y confiemos en que los mexicanos podrán valorar la democracia.

El futuro de México se sabrá cuando llegue, mañana, y la semana de arriba, y así. No hoy. Esto es momento de pronósticos, pero que los nuestros como venezolanos no sean tan paupérrimos. México perdió el Mundial, pero no ha perdido la democracia.

Ojalá los venezolanos perdamos la soberbia.

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