El no país

  El no país 

  Brillante el histórico discurso que ayer 5 de julio pronunció, en la Asamblea Nacional, Américo Martín. Brillante por méritos propios, e histórico porque fue pronunciado en una circunstancia insólita e inédita en nuestra vida republicana: los poderes públicos, con la obvia excepción del Legislativo, no se hicieron presentes en el Palacio donde se reúnen los diputados elegidos directamente por el pueblo. Todos –Ejecutivo, Judicial, Moral y Electoral- fueron a rendirle loas al poder militar (que no está concebido como tal en nuestro texto constitucional) en un aburrido desfile en Los Próceres. Fue la peor evidencia, hasta la fecha, del país bicéfalo y escindido, el no país en que desgraciadamente nos hemos convertido. Ignorar a la Asamblea Nacional en nuestra fecha magna, es muy grave porque el 5 de julio de 1811 fue una fecha civil, no militar. Y aunque en estos 205 años de vida republicana, son más los tiempos en que hemos sido gobernados por militares, somos y seremos, por encima de cualquier otro traspiés de la historia, una república civil. De ahí la importancia de esta pieza oratoria de Américo Martín. Quedará para la historia, dicho está, por el peso y la trascendencia de sus ideas, y por la bofetada que le dio la triste dictadura militar que nos malgobierna, al darle la espalda. Un desfile militar es anécdota, acto cultural, cosa prescindible y ornamental. Un discurso en la Asamblea Nacional es exactamente lo contrario. Por decir lo menos, es voz del pueblo.

 

(En esta misma página puede leer completo el discurso de Américo Martín).

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