El paso de las horas

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  Hemos comentado en las últimas semanas la insistencia del régimen en el tema del autogolpe. Y cuando se conmemoraron 40 años de la caída de Allende por el golpe militar de Pinochet, al Gobierno le vino de perlas recordar la efemérides: Maduro a lo Allende y algún golpista que vendría a ser el Pinochet de estos nuevos tiempos.

  Hoy, en El Nuevo País, leo unas declaraciones de Ramón Guillermo Aveledo, Secretario Ejecutivo de la MUD, quien considera sospechosa la actitud de victima que ha asumido el Gobierno respecto a un supuesto golpe de Estado por parte de la oposición y no descarta –Aveledo-  que ésta sea una excusa para encabezar un autogolpe. “La conspiración es la de este Gobierno, ¡qué empeño en hablar de eso! Es como una especie de reflejo condicionado. Este empeño en cambiar la conversación y presentarse como débiles. A ningún Gobierno le interesa presentarse de esta manera, esta gente era golpista originalmente. No  vaya a ser que se les esté ocurriendo la tentación de un autogolpe porque sería un error gravísimo, ojalá que no cometan una imprudencia ahora que están perdiendo respaldo popular.”

  ¿Por qué podrían estar perdiendo respaldo popular? Pues por la pésima gestión gubernamental que están llevando adelante. Un país donde la vida se agrava, se empeora, no con el paso de los días, sino con el paso de las horas.

  Me detengo brevemente en algunos de los titulares de hoy. Por ejemplo, El Universal: “El costo de los alimentos regulados subió 48,6% en un año”. Y esas son cifras del INE, que reportó que el costo de los productos regulados aumentó, en ese porcentaje, en los últimos doce meses, pero un año antes la variación había sido de 27,9%.

  Agréguele usted a esto notas de este tenor: “El recorte de la jornada laboral no logra activar el empleo”. No sólo no logra activar el empleo el recorte de la jornada laboral, sino que lo ha complicado todo mucho más. Recordarán ustedes que en esa paranoia obsesiva por el tema del golpe y la explosión social, ya Maduro había dicho: “y ahora ponen menos cajeras en los mercados para que se vean largas colas y se fomente la explosión social”. Pues para nada ha servido esta nueva jornada laboral que ha impuesto el Gobierno, perjudicando no sólo al trabajador y al empleador, sino al mismo Gobierno también. Y Maduro, mientras, incrementa sus temores viendo esa explosión social por todas partes.

  Y, para cerrar, aquí tenemos un buen indicador de esta de anarquía que estamos viviendo. Reparemos en lo que ocurrió el fin de semana en Petare. La batalla campal entre motorizados y policías. Ya antes había habido una con Guardias Nacionales. Las autoridades detienen a un motorizado y lo llevan a la carpa de Patria Segura, ahí en Petare. Viene entonces una bandada de motorizados a su rescate y allí se arma la batalla campal, tal como lo define la prensa en el día de hoy. Los petareños, en pánico, al suelo, a rezar largo en el suelo de sus casas para que no les maten las balas perdidas.

  ¿Qué país es este donde todo el mundo hace lo que le da la gana y con mucha violencia, además? ¿Qué país es este donde no hay orden, no hay leyes? ¿Qué país es este que se nos está acabando con las horas?

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