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El diario 2001 titula en grande hoy en la mañana: “Bernal listo para sacudón policial. Hoy juramentan al Diputado como Presidente de la Comisión Presidencial para la Transformación de los Cuerpos Policiales y Construcción del Nuevo Sistema Policial. Le debe meter lupa al CICPC y a la Policía Nacional”. Últimas Noticias: “Revolución policial en seis meses. Nicolás Maduro designó a Fredy Bernal para la tarea. Tiene facultad para normar, investigar y recomendar intervenciones.”.
Fredy Bernal pasa a ser ahora el hombre todopoderoso en el campo policial en el país. Tiene facultad, pues, para normar -él solo inventar una norma-; investigar -decide qué es lo que hay que investigar o no-; recomendar intervenciones -intervengan aquí, intervengan allá-. De repente, Bernal crece como un hombre de inmenso y absoluto poder. Se supone que va a investigar al CICPC, a la Policia Nacional Bolivariana -que ha resultado un fracaso- y a las Policías Estadales. ¿Pero a dónde más podrá llegar el alcance de Bernal si, según los titulares tomados de las palabras nada menos que de Nicolás Maduro, puede llegar a donde él quiera?
Esto apunta a intervención del CICPC, y esta intervención apunta a la destitución de la directiva de la policía científica y a la salida de Rodríguez Torres del Ministerio de Interior Justicia y Paz. Todo eso para a formar parte de un solo mazacote, de un mismo gran problemón.
A propósito de la salida de Rodriguez Torres, hoy El Nacional, en primera página, nos dice: “Caso Rodriguez Torres evidenció pugnas internas en el PSUV”. En una nota que firma Hernán Lugo Galicia leemos:
La salida de Rodríguez Torres evidenció también una pugna con factores del PSUV. Al igual que un grupo de militares activos considera que las armas deben estar en mano de la Fuerza Armada, como establece la Constitución y leyes, y no en instancias paraestatales.
Instancias paraestatales, se entiende, son colectivos.
Un sector del PSUV, encabezado por Freddy Bernal, no avala la tesis de Rodríguez Torres, y por ello no solo defendió a los colectivos, sino que también apoyó la presión que ejerció el periodista José Vicente Rangel para que se investigara la actuación del Cicpc en Caracas, cuando murió Odreman.
En el artículo “¿Qué son los colectivos? Una aclaratoria imprescindible”, publicado en la web del PSUV, abogó: “No son ‘hordas chavistas armadas’ de las que habla y tuitea la contrarrevolución. Trabajan para preservar, hacer efectivos y profundizar los derechos consagrados en la Constitución”.
Esto se suma a otras diferencias no menos graves que se dan también entre militares y colectivos, y entre chavistas a favor de uno y otro lado.
Lo curioso es que, mientras leemos lo anterior, el diario Vea cita unas declaraciones de Tareck El Aisami afirmando: “En el PSUV reina la unidad para consolidar una revolución verdera”. Y El Nuevo País, en su gran titular, nos dice exactamente lo contrario: “Diosdado busca a los saboteadores internos. Cabello pidió a la militancia del PSUV que identifique a los quinta columna del partido oficial, aunque no mencionó directamente al colectivo 5 de Marzo que le puso un ultimátum hasta hoy para que renuncie a su cargo.”
Ya veremos hasta dónde llega el nuevo poder de Bernal.
