Los venezolanos, la vergüenza y el cartón

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  El semanario Quinto Día titula en su primera página: “Ni diálogo ni revocatorio en este país. El conflicto se agrava en estos días. El diálogo no tiene ya ningún sentido.” En Efecto Cocuyo, el politólogo Luis Salamanca destaca que “la última jugada del CNE barrió por completo el tema del diálogo, en estas condiciones sería un masoquismo por parte de la oposición. La propuesta del gobierno nunca fue sincera, el chavismo no quiere dialogar sino sacar del juego a la MUD, derrotarla con juegos inconstitucionales y arrebatarles las vías institucionales.”

 Y para ello se han prestado las cuatro rectoras. De ellas se ha dicho ya de todo. Hoy El Nacional es feroz, desde el título del editorial: “Nido de ratas”. Dice de estas mujeres: “Serán recordadas por este hediondo último acto que, por obra y gracia de sus titiriteros, han acometido no solo contra la democracia sino contra el mismo proyecto que su querido jefe Chávez les dejó en herencia. Estas señoras patearon la Constitución Bolivariana de Venezuela, la Ley Electoral y a los militantes chavistas críticos o decepcionados por el incumplimiento del proyecto que debían ayudar a desarrollar y que hoy sepultan, a medianoche, como asaltantes de camino que esconden su botín.”

  Pero, como decíamos ayer, qué sentido tiene seguir insultando a estas cuatro mujeres si, en definitiva, el ladrón no dejará de robar porque le digan ladrón. Dichas las cosas de frente, la decisión que han tomado es el equivalente al palo a la lámpara. Nos han dejado en la más completa oscuridad. Diálogo no existe. Probabilidad de salida constitucional, tampoco. Cómo va a ser posible si lo que primero se desconoce es precisamente la constitución; que como bien definió ayer Chuo Torrealba, es el pacto social de convivencia entre los venezolanos. Si usted vuelve añicos dicho pacto, usted está convocando abiertamente a la conflictividad social. Y, en función de esa conflictividad, el régimen aprieta aún más la violencia y la represión.

  Regreso al semanario Quinto Día: “La lista es larga. El Sebin busca golpistas hasta en la sopa. El plan es allanar primero y averiguar después. Dirigentes de Voluntad Popular y Primero Justicia están en la mira. Desde el gobierno advierten que el golpe sigue.”

  Es un gobierno que está en pánico, por eso los alaridos y la camorra. Las bravuconadas y fanfarronadas solo sirven para disimular ese pánico. Que Diosdado Cabello haya dicho que le pareció suave la decisión del CNE, que ha debido darles apenas dos horitas para que recogieran las firmas, o que ahora Jorge Rodríguez venga y escupa en el desconcierto de los dirigentes opositores bufando que el referéndum es improbable ni siquiera el año que viene, son tretas, chillidos de una misma estrategia: olvídense que hay referéndum, olvídense que hay constitución es lo único quieren decir.

  Apunta bien Rafael Poleo en El Nuevo País: “El miedo es lo que cohesiona a la cúpula del Psuv. El miedo a salir, a perder el poder. Y aunque en estos momentos de polvareda parezca que está muy lejos esa salida del poder, es exactamente lo contrario. De allí la desesperación. El régimen ha evidenciado, con esta decisión del CNE, que le urge borrar por completo cualquier posibilidad de convivencia democrática en el país, y, ya que carece de escrúpulos y de principios democráticos, no se detendrá ante nada para imponer sus arrebatos.

  De lo que se trata, como decíamos, es de la sobrevivencia; de que este señor Maduro permanezca en el poder. Maduro, el presidente de un país que alguna vez dijeron era rico, ahora es presidente de un país que recibe a sus recién nacidos en caja de cartón. Nada más frágil, nada más hermoso, nada más esperanzador que una criatura que recién llega a la vida. Es luz para un mundo de esperanzas inmensas. Y cuando usted reduce ese mundo a una caja de cartón, usted no merece ni consideración ni respeto. Usted no es digno de nuestro gentilicio porque sencillamente avergüenza a los venezolanos. La foto de los recién nacidos ya le da la vuelta al mundo. Entre tantos otros, hoy cubre la primera página del diario La Razón, en Madrid.

  Esa es la pelea. La pelea por un porvenir verdaderamente digno del siglo XXI y no por uno reducido a la miseria de las cajas de cartón. Eso es lo que está en juego en la Venezuela de hoy, lo irrenunciable, lo que no podemos perder de vista en ningún momento.

PS: Avanzada la mañana, me informan que el régimen busca desesperadamente al fotógrafo de los recién nacidos. La angustia es apresar al periodista, que la verdad no se sepa. La angustia, en ningún momento, es buscar la cunas idóneas para esas frágiles criaturas de escaso y triste porvenir.

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