Plaza recuperada

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  Ayer en horas de la noche leí un tuit extraordinario, un tuit que resumía lo que se había vivido en la muy emblemática Plaza Altamira de Caracas: “La Plaza amaneció militarizada y atardeció civilizada”. En efecto, allí se resumía absolutamente todo lo que había ocurrido.

  Ayer temprano, recordaran ustedes, comentábamos con algo de estupor la sorpresa que nos llevamos, al venir a trabajar, encontrar que estábamos en una ciudad en guerra. Más de 1000 efectivos -en total 1.200-  uniformados, no para disolver manifestaciones, no con mascaras ni escudos, sino preparados para la guerra, con cascos de hierro, chalecos antibalas, armas largas. Habían tomado todo el municipio, desde Los Palos Grandes hasta la Castellana, que fue el recorrido que hicimos. Todo estaba lleno de militares. Y a esa hora dos Ministros, Miguel Rodríguez Torres y Delcy Rodriguez, declaraban sobre cómo habían decidió recuperar -“liberar”- la Plaza Altamira.

  Las humoradas que no faltan entre los venezolanos empezaron correr, y en tiempos del tuiter corrieron mucho más rápido. Elías Pino Iturrieta advirtió que luego de las Termópilas, la Batalla del Waterloo, la Batalla de Ayacucho, la de Altamira también estaba entre las grandes batallas de la historia. ¡Por fin el Gobierno había logrado librar una gran batalla y había liberado el territorio de Altamira! Trajeron a los obreros de limpieza del Aseo Urbano del Municipio Libertador para que limpiaran el Municipio Chacao, con lo cual prácticamente le daban una bofetada al Alcalde Muchacho; como diciéndole: tú no gobiernas en tu Municipio, nosotros te lo vamos a Gobernar.

  El susto inicial, por supuesto, nos llevó a pensar: esto significa la intervención del Municipio, la intervención de la Policía Municipal, ¿qué va a ocurrir con el Municipio? Pero aparentemente la cosa no llegó tan lejos, y luego les transmitimos las declaraciones de Ramón Muchacho tras haberse reunido con los dos ministros en la plaza.

  Trajeron colchones inflables para que los niños brincaran, una especie como de “Viva la gente” o de Disney en plena Altamira. La imagen a juro de la paz y la felicidad totales. Pero, eso sí, era una ciudad tomada. Transeúnte que pasaba, transeúnte que le pedían que abriera el maletín, que abriera el morral. Todos, pues, pasamos a ser sospechosos -como los somos desde hace mucho tiempo ya en este país-. Cualquier persona es sospechosa ¿De qué? De lo que sea. Pero sospechoso en todo caso de no estar con el Gobierno.

  Así fueron pasando las horas del día. Entonces, un grupo de señoras que estaban en la iglesia Don Bosco, bajó rosario en mano y con unas pancartas colocadas en sus espaldas. Empezaron a rezar el rosario en la plaza. De nuevo un tuit –herramienta que en estos tiempos ha pasado a cobrar un valor muy singular-, transmitió las imágenes de las señoras, y poco a poco se fue acercando más y más gente.

  Entre las 5 y 30  y las 6 de la tarde, ya se había hecho un inmenso S.O.S humano en los alrededores de la plaza. Hasta que llegó el momento en que la multitud tomó la plaza toda, y, al tomarla, la Guardia armada tuvo que irse replegando. No es que estaban allí para brincar en los colchones de aire, como quizás habría soñado el Ministro Rodríguez Torres y seguramente el Presidente Maduro. No. Estaban allí para protestarle y reclamarle a los Guardias Nacionales, porque el espíritu de protesta se mantuvo intacto.

  Corrió la voz de que Maduro daría una cadena desde la Plaza Altamira, como para decir: miren aquí estoy, planté bandera en territorio enemigo. Pero no sólo no pudo hacer cadena desde la plaza, no pudo o no tuvo ánimos, para hacerla desde ningún sitio. Eso no es poca cosa.

La jornada de ayer evidencia mucho. Evidencia que hay un ánimo de protesta fundamental que no se va a acabar porque saque usted todo el ejército a la calle. En segundo lugar, evidencia que no hay miedo. Ya no hay miedo en los venezolanos frente al Gobierno. Usted le saca 1.000 hombre armados y vendrán 5.000, 10.000, 20.000 civiles a seguir en las calles. Y eso es muy importante.

  Y un último elemento tanto o más importante: la manifestación de ayer en Altamira fue la más multitudinaria y efectiva de todas las que ha habido en estos 34 días de protesta. Es decir, las guarimbas y su violencia, que según las últimas encuestas son rechazadas por una inmensa mayoría, no son la vía.

  ¿Qué viene después de esa plaza, digamos, recuperada, civilizada, de ayer? No lo sé muy bien, pero el señor Maduro debe estar bastante preocupado preguntándose lo mismo.

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5 comentarios

  1. Excelente artículo… siempre las mujeres tomamos la batuta. Que VIVAN LAS MUJERES! BRAVO! Esa Plaza Altamira es nuestra plaza, de todos los venezolanos, no de la GN ni PNB.. fuera ellos!

  2. Muy orgullosa de estos VENEZOLANOS que con ingenio, voluntad y amor a la patria; están decididos a rescatar nuestra soberanía. Dios nos permita lograrlo y pronto!

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