«Un ejército que tiene un país»

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   Hoy es el día de las reculadas. La primera en el gran titular en El Universal: “El CNE aclara que la paridad no afecta los resultados de las primarias”. ¿Qué pasó aquí? ¿Por qué el cambio? El Nacional en su primera página lo reseña así:Mientras la MUD necesita 98 mujeres para cumplir las normas que les den igualdad, el Psuv y el resto de la alianza oficialista requieren 80.” Y citan a la señora Tibisay Lucena: “Los resultados de las elecciones primarias se respetan porque los ciudadanos los escogieron”. ¿Y eso por qué no no lo dijeron antes? ¿Qué sucedió? ¿Qué nueva cuenta hizo alguien que no le dio?

  La segunda reculada está en 2001 y se le atribuye al General de Brigada Carlos Osorio, Ministro de Alimentación y Vicepresidente del Área de Seguridad, Soberanía Alimentaria y Abastecimiento Económico. Ayer leíamos las declaraciones de Pablo Baraybar, Presidente de Cavidea, a apropósito de la decisión de Sunagro de desviar alimentos fundamentales a la red pública, donde se venderían de manera exclusiva. Luego tuvimos un extenso foro con Luis Vicente León para ahondar sobre las consecuencias de semejante decisión. Hoy el General Osorio dice que eso no es así: “Hemos tomado varias medidas y de acuerdo al procesamiento de cada planta les estamos informando que distribuyan de manera equilibrada de acuerdo a la presencia que pueda tener en el mercado una determinada red. Si una red de distribución tiene 20 puntos de venta en Caracas no puede recibir la misma cantidad de una red con un solo punto de venta o dos”. General Osorio, exactamente ese es el problema, porque, por ejemplo, el gobierno tiene 7245 establecimientos para vender comida. Los privados, 114.859. ¿Hay o no hay desvío? ¿Es esto una reculada o no?

  Y a propósito del Ministro Osorio -General de Brigada activo del Ejercito- y de tantos otros militares en el gobierno, leo este duro artículo que firma Pedro Benitez en Konzapata: “Los militares pierden la guerra económica  y no parecen darse cuenta del fracaso. Manejan un banco (el de la Fuerzas Armadas), empresas de construcción, organismos encargados de fiscalizar precios, oficiales activos o retirados figuran en los ministerios de Finanzas, Administración, Industria, Energía Eléctrica, y el Órgano Superior de la Economía.” Este fracaso económico lamentablemente tiene sello militar.

  Hay frases que llaman poderosamente la atención: “Como en la época del General Gómez, la Fuerza Armada se ha convertido en una fuerza de ocupación de su propio país… Con el pretexto de servir de guardianes de la revolución, Venezuela es hoy, como se decía de Prusía en el siglo XIX, en una frase que Manuel Caballero gustaba recordar: “No un país con un ejército, sino un ejército que tiene un país”. Y más abajo: “El chavismo usa a los militares (y los militares se dejan usar) en una guerra contra un fantasma: la célebre mano invisible del mercado. No tienen cómo ganarla. Pero en el intermedio sacan buen provecho personal de la circunstancia.”

  En el largo mientras tanto, usted, estimado lector, es el que las paga todas. Usted hace las colas, usted es el que sufre por el bachaqueo, por la escasez y por la inflación desatada.

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