Atascados sin remedio - Francisco Suniaga

Atascados sin remedio – Francisco Suniaga

La posibilidad de que la oposición pueda concurrir unida a las elecciones del 21 de noviembre; o la idea de que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países puedan forzar una negociación seria; produce gran preocupación a la cúpula chavista. Entonces, el libreto se repite de manera incesante: Buscar la descalificación de los demás actores, ya sea la oposición, Estados Unidos, Unión Europea o cualquiera que hiciera falta. ¿Para qué cambiar algo, si en Venezuela vamos muy bien? Pregúntenle al Koki.

Publicado en: La Gran Aldea

Por: Francisco Suniaga

Volver a Venezuela después de dos meses de saludable ausencia es una reedición del El día de la marmota, la ya vieja comedia de Bill Murray, pero con cambios a veces imperceptibles. La rutina de Maiquetía es la misma, solo que ahora hay que hacerse un PCR particularmente irritante. No por las molestias que pueda causar en las fosas nasales sino por los sesenta dólares en efectivo que  hay que pagar por él a un laboratorio muy afortunado. Por lo demás, todo igual: el escalofrío en la espalda de la revisión del pasaporte, la incertidumbre hasta ver aparecer la maleta, el paso por el control aduanero, la inseguridad que se siente a la salida y en la autopista, en fin…

Entré a Caracas en una tarde muy gris, con la inminencia de una lluvia que no terminaba de caer, a lo largo de la gran autopista Cacique Guaicaipuro, una obra “mono mental” del gobierno de Nicolás Maduro y Erika Farías (producto de idea única y obsesiva del chavismo: Francisco Fajardo, el primer venezolano como tal, era un genocida y Guaicaipuro era un defensor de los derechos humanos). Esta obra ha demandado una gran imaginación para adecuarla al cambio de raza del epónimo de la auto vía, de mestizo a indígena puro como es el caso: la han adornado con palmeras de dátil (a lo mejor compradas en Canarias, probablemente por los hermanos cubanos, a descendientes de los guanches, claro, otro pueblo indígena objeto del genocidio conquistador hispano) y por figuras de la vasta obra pictográfica (petroglifos) de los Caribes que poblaban el entorno caraqueño, Caribes según tengo entendido. ¡Ana Karina Rote, aunicon paparoto mantoro itoto manto!

“Donde el regreso si pareciera estar gobernado por la repetición infinita del tiempo es en la política”

Los amigos, en algún momento del reencuentro le sueltan a uno el clásico, ‘¿y por qué no te quedaste?’, que ya forma parte de nuestro folclore moderno de este siglo. Porque no es tan fácil, es la respuesta para salir de ese brete. Si tuviera menos años, más recursos para arrancar una nueva vida, no lo sé, son también respuestas posibles. Suerte.

Donde el regreso si pareciera estar gobernado por la repetición infinita del tiempo es en la política. Ayer nomás, fuerzas de seguridad detuvieron otra vez a Freddy Guevara, por lo de siempre, terrorismo, traición a la patria, pónganle nombre. Hostigó a Juan Guaidó y a su esposa y le dio a su chofer, con particular saña, el maltrato físico que no le podían dar al Presidente interino reconocido por unos cuantos países. Los Guaidó haters declaran un duelo cerrado y no se explican por qué Dios medió para que el líder opositor no recibiera una paliza.

La posibilidad de que la oposición pueda concurrir unida a las elecciones de noviembre produce gran preocupación a la cúpula chavista. La idea de que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países puedan forzar una negociación seria que conduzca a la salida con la que cualquier humano de buena voluntad sueña, les produce convulsiones. El libreto, por tanto, se repite de manera incesante: Buscar la descalificación de los demás actores, oposición, a Estados Unidos, Unión Europea y hasta la Cruz Roja, si hace falta. ¿Para qué cambiar algo, si en Venezuela vamos muy bien? Pregúntenle al Koki.

Finalmente en Margarita, tal como ayer, y como hace medio siglo, el octogenario, Morel Rodríguez, se ha lanzado de candidato (el del cambio, por supuesto) y quiere volver a “su” gobernación. Aspira ser candidato de la oposición, pero sin pasar por primarias, qué golilla. Ese empeño, inexplicable en lo político, divide a la oposición, pero lo tiene sin cuidado. En fin, lo de siempre, atascados en el mismo lugar, otra vez.

 

 

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