Pedro Pablo Peñaloza

El chavismo ataca al chavismo – Pedro Pablo Peñaloza

Publicado en: La Gran Aldea

Por: Pedro Pablo Peñaloza

 

Una semblanza del partido de gobierno y sus discrepancias. El continuismo de los líderes de la cúpula y el resurgimiento de la militancia joven que busca de hacerse un lugar en la estructura de poder; más allá de aquellos que tienen, por consanguinidad, el camino hecho. “Unas primarias que sirvieron para barrer al 70% de los alcaldes en ejercicio y a varios gobernadores”, porque las cosas se deciden mejor a “dedazo”. ¿Cuándo se abrirá el debate sobre la sucesión en el chavismo?, ¿después de 2024? Mientras, cada uno mueve sus chas y se anota en la trinchera de su preferencia.

¿El chavismo puede confiar en el chavismo? La filtración de una reunión del Comité Olímpico Venezolano (COV) confirma que la República Bolivariana es una potencia en los deportes de combate. Más que por el oro, el jefe del COV, Eduardo Álvarez, y el diputado Pedro Infante se fajaron duro, golpe a golpe, por la plata. En la disputa no puede mediar el campeón Rubén Limardo porque lo suyo es la espada. Aquí la pelea es a cuchillo y quien recibió la peor parte fue Álvarez, acusado por el Ministerio Público por peculado doloso propio, evasión de procedimiento licitatorio y malversación agravada.

Se hunde el barco

“¡Te voy a decir: esta semana consigno el expediente de corrupción!”, amenazó y cumplió Infante. De acuerdo con la Fiscalía, la investigación se abrió por hechos ocurridos en los años 2007 y 2008, es decir, hace 15 años. En ese tiempo, Infante era casi un ídem: tenía 26 años de edad. Hoy es más maduro -en la acepción amplia y política de la palabra- y, además, forma parte de la dirección nacional del PSUV. En alguna medida, este pleito puede ilustrar el cambio generacional en el seno del chavismo. Antiguo ministro de Hugo Chávez, Álvarez perdió hace un año a su principal valedor: Aristóbulo Istúriz, fallecido en abril de 2021. Ahora el presidente del COV no tiene padrino, pero sí expediente. Así pasó del OK para repetir en el cargo durante tres periodos, al KO que le está propinando Infante.

Unos se despiden de sus protectores, otros de sus adversarios. “Usted es una traidora completa, para que lo sepa”, espetó en junio de 2020 el difunto Jorge Luis García Carneiro a Gladys Requena. Sin embargo, Nicolás Maduro la ha promovido a distintos cargos: ministra, segunda vicepresidente de la Constituyente, diputada y amante Inspectora de Tribunales, desde donde velará por la ética y disciplina de los togados. Menuda tarea. Durante el proceso de reestructuración del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Pedro Carreño apuntó a la cabeza del Poder Judicial. No es una testa cualquiera, pues el Departamento de Estado llegó a tasarla en 5 millones de dólares.

“Al igual que en el TSJ, en la cúpula del PSUV abundan los repitientes”

“Eso era el Titanic. El barco hundiéndose y puro aplauso, puros logros, puras conquistas. ¡Y la corrupción que pulula allí, todo lo que está pasando dentro del sistema de justicia! ¿Dios mío, no van a hacer una rectificación? Ni la magistrada (Marjorie Calderón) ni el presidente (Maikel Moreno)”, expresó rezumando indignación el diputado. ¿Qué pensaría de este ataque Moreno, quien sufre el acoso del imperialismo por su fidelidad a la revolución? Nadie sabe. Lo que sí se puede suponer es qué pensó Nicolás Maduro. Al final, Moreno conservó su fuero y no hubo tal renovación -del total de 20 jueces, 12 son repitientes-. Para Carreño, el TSJ era un “desastre total” que necesitaba integrantes “nuevos”. Disparando “fuego amigo”, habló de corrupción en la cúspide del Poder Judicial. Quizá también guarde por allí algún expediente, pero aquí manda el padrino.

Los 40

En el Congreso del partido, Maduro y Diosdado Cabello se ratificaron mutuamente. Todo sigue atado y bien atado. Lo que Hugo Chávez unió, no lo ha separado el hombre. El domingo 9 de marzo de 2008, el PSUV convocó una elección de segundo grado para escoger a los 15 miembros principales de la dirección nacional. Después de conocer los resultados, Chávez amplió la plana mayor a 30 para incorporar a los suplentes, espacio donde habían quedado relegados guras de la talla de Cabello, Rafael Ramírez, Francisco Ameliach y Freddy Bernal. Más nunca consultaron a las bases y de dedazo en dedazo ya la cúpula alcanza la cifra de 40 miembros.

“Maduro sí ha ensayado un remozamiento del chavismo para apuntalar al madurismo”

Un antiguo integrante de la dirección nacional cuenta que años después un grupo constituido por Bernal, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio, Rodrigo Cabezas, Antonia Muñoz y María León redactaron una carta en la que exigían democratizar la organización y se quejaban porque la cúpula pasaba meses sin reunirse. ¿Una estructura de 40 individuos hará más ágil y rápido el debate para la toma de decisiones, o se potenciará el cogollito? Pregunta de selección simple. “Hay que cambiar la estructura y cambiar todo, tenemos que adaptarnos. Si queremos cabalgar victoriosos, de manera exitosa los años que están por venir 2022-2030, debemos cambiar desde adentro al partido en todas sus estructuras”, ordenó Maduro. Cambiar todo para que nada cambie.

Tablero movedizo

No obstante, Maduro sí ha ensayado un remozamiento del chavismo para apuntalar al madurismo. En algunos casos de forma traumática, como las rupturas protagonizadas por Jorge Giordani, Miguel Rodríguez Torres y Rafael Ramírez. En otros, apelando a la vía reglamentaria que impone límites de edad, paridad de género y unas primarias que sirvieron para barrer al 70% de los alcaldes en ejercicio y a varios gobernadores. La juventud se abre paso en la burocracia del Estado y la dirección del partido, teniendo como principal referente al hijo de Maduro, quien forma parte de la cúpula, es diputado y, por si fuera poco, representa a su padre en todas las instancias de negociación con sectores de oposición.

¿Cuándo se abrirá el debate sobre la sucesión en el chavismo?, ¿después de 2024? Mientras tanto, cada uno mueve sus fichas y se anota en la trinchera de su preferencia. Verbigracia el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, quien tras resistir la embestida de su camarada José Gregorio Vielma Mora en las primarias, se empeña en recalcar un día sí y otro también su lealtad a Maduro. Para eludir la lluvia de estacas, Drácula se refugia en Súper Bigote.

Menos uno

Al igual que en el TSJ, en la cúpula del PSUV abundan los repitientes. Por eso se hace más notoria la defenestración de un histórico: Elías Jaua. En un artículo publicado antes de su forzado pase a retiro, el exvicepresidente de la República señaló que funcionarios del gobierno de Maduro “han descubierto el discurso neoliberal de los años ‘90 del siglo pasado y lo repiten como si la historia se hubiera congelado en los últimos 30 años”. Peor aún, advirtió que “el modelo democrático popular construido en la primera década de este siglo XXI ha sido demolido por una estrategia externa e interna que a partir de 2013 hizo colapsar la economía venezolana”. Todo esto lo escribió, dijo, “en defensa de su obra”. Sí, de la obra del comandante.

En síntesis: Jaua defiende a Chávez del chavismo

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