FabLabs, Tomás Diez y la economía del conocimiento para el bien común – Carlos Tablante

Por: Carlos Tablante

Agobiados como estamos los venezolanos que a diario debemos enfrentar el irrespeto y el acoso de un régimen que sólo trabaja para mantenerse en el poder a costa de lo que sea, a veces nos olvidamos que fuera de nuestras fronteras se está gestando un mundo diferente impulsado por las nuevas tecnologías y sobre todo, por las nuevas ideas.

La revolución digital está cambiando el modo en que interactuamos unos con otros, cómo se compran y venden los bienes, cómo se diseñan y fabrican los productos.

Hay decenas de venezolanos talentosos colaborando con novedosas maneras de concebir el desarrollo y al final, la vida. Uno de ellos es el aragüeño Tomás Diez, urbanista graduado en la USB, especializado en la fabricación digital y sus implicaciones en el futuro de las ciudades y la sociedad. Es fundador y actualmente dirige el Laboratorio de Investigación Fab City del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña en Barcelona.

Tomás fue parte fundamental del proyecto Rec Comunidad Audiovisual junto con Pedro Bravo, José Pérez, Miguel Bernal, Guido Fleuriel y Carlos Daniel Tablante. Este movimiento, nacido en La Victoria, buscaba respuestas a las inquietudes juveniles del momento a través de la música, el diseño y la tecnología. Hoy en día, Tomás Diez es una referencia mundial en el tema de las Smatrt Cities (Ciudades Inteligentes) y los FabLabs, que ha contribuido a reproducir en otras ciudades como Lima, Addis Abeba (Etiopía) y Ahmedabad (India).

¿Qué es una Ciudad Inteligente? ¿Y un FabLab? Y la impresión en 3D? Cómo se relacionan? Cómo pueden cambiar nuestras vidas? Son algunas de las decenas de preguntas que surgen cuando nos asomamos a esta dimensión desconocida.

Este espacio no permite entrar en muchos detalles, pero imagínese que pueda imprimir un par de lentes desde su propia casa, o un mueble, o un inhalador para el asma, o una prótesis Todo esto ya se hace con impresoras 3D relativamente accesibles. Las posibilidades son infinitas. Como dice su creador, el profesor del MIT Neil Gershefeld,  «puede imprimir casi cualquier cosa si tiene una impresora y un escáner 3D, una cortadora láser, fresadoras y material de electrónica». Esta es la base de la revolución que avanza silenciosamente en el mundo y de la cual Tomás es uno de los principales «instigadores», como a él le gusta llamarse.

Esta nueva relación entre las máquinas y los seres humanos para la creación de objetos a demanda y en nuestra propia casa, urbanización o ciudad, está dando forma a una nueva economía en la que palabras como «infraestructura de fabricación distribuida», «arquitectura de datos» y «plataformas abiertas», son claves.

Hoy en día, las empresas tienen el control de los medios de producción y la información como su principal fuente de riqueza y crecimiento. El concepto de redistribuir el acceso a ambos, interrumpe este modelo de negocio y representa un cambio fundamental en el sistema económico global, al que ya se están anotando grandes empresas internacionales que entienden que el cambio es indetenible.  Expertos como Tomás creen que estamos frente a la transición hacia una economía del bien común basada en una producción más democrática y más sostenible donde los pilares sean la confianza, la cooperación y la solidaridad.

Como venezolano y como aragüeño, me enorgullece saber que allá afuera hay muchos Tomás Diez que están colaborando con los cambios que tanto necesita la Humanidad. En Venezuela, debemos seguir luchando también por nuestro propio cambio, el que nos permita salir de esta pesadilla y construir juntos el país con el que soñamos. Para lograrlo, los aportes de Tomás, y de los miles de profesionales venezolanos que se han ido, pero que no olvidan a su país, resultará indispensable. Contamos con ellos!

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