La amenaza que viene – Leonardo Padrón

Por: Leonardo Padrón

El azar siempre reescribe el mundo. Y a veces su prosa desconcierta. Hoy iba a responderle algo a un amigo, vía WhatsApp, y cuando pretendía escribir “la semana que viene”, el corrector automático puso “la amenaza que viene”.  Me quedé perplejo varios segundos. Quizás la tecnología ya posee una suprainteligencia que la hace advertir los peligros que entrañan ciertos lugares del planeta. En estos tiempos, seamos francos, una conversación en Venezuela o que hable sobre el país va a asomar con recurrencia esa frase:  la amenaza que viene.

A estas alturas del infierno, cuando ya lo hemos vivido casi todo, hay mayores amenazas en el horizonte. Amenazas cada vez más inquietantes. Amenazas firmadas por un pequeño grupo decidido a escamotearnos nuestros derechos más elementales, para así ellos seguir disfrutando la gran borrachera del poder.

Ya es imposible ser normal en Venezuela. ¿Quién piensa hoy en su proyecto laboral inmediato, en la reunión de trabajo del próximo lunes, en la pauta a cumplir para el mes que viene? ¿Sabemos acaso si hay “mes que viene”? ¿Cuál comerciante sueña con ampliar su negocio o invertir en una nueva sede, si la lista de comercios saqueados en el país arroja saldos de llanto? ¿Qué estudiante ocupa hoy sus horas en la cotidianidad de un día de clases o en los párrafos finales de una tesis de grado, si quizás su mejor amigo está siendo enterrado por el golpe letal de una bomba lacrimógena? ¿Qué madre anda pendiente de los dos centímetros que creció su hijo de cinco años cuando quizás el hijo de la vecina acaba de ser alcanzado por una bala en el cráneo? ¿Quién coloca en su insomnio los avatares de su vida amorosa, cuando tal vez a su hermano se lo llevó preso el Sebin por tener una máscara antigas en su closet? ¿Qué caraqueño o barinés o tachirense ha vuelto a recordar la cita que tenía con el dentista para, por ejemplo, una limpieza de dientes? ¿Quién anda urgido de hacerle el chequeo al carro, de asistir a una competencia de natación, una cata de vinos o el próximo festival de cine francés o libanés cuando ya los días no son días sino pesadillas y perdigones?

¿Cómo volvemos a ser normales en un país donde cada cadena nacional, cada frase presidencial, cada pronunciamiento del TSJ, nos agita la nueva amenaza que viene en camino?

Y a pesar de eso, cada día son más los que reniegan de la dictadura. No solo la gruesa, amplísima y desbordada oposición. No solo los cuatro costados del país. Sino algunos viejos inquilinos de la revolución. Antiguos emblemas del chavismo más ortodoxo. Se desmarca la Fiscal General. Cada día más y mejor. Hijos y familiares de prominentes oficialistas proclaman su rechazo a tanto agravio. Se pronuncian ex ministros contra la absurda Constituyente. Dice “no” Mari Pili Hernandez, conocida devota de Chávez. El mismísimo Gustavo Dudamel asoma sus palabras de “basta de represión”. Rubén Blades, ídolo de Maduro, le dedica un afinado texto de repudio para su total desconcierto. Melvin Mora, icono del Magallanes y proverbial amigo del Galáctico, graba un video demandándole a Maduro que oiga el sentir de la calle. Y también Miguel Cabrera, y Omar Vízquel, y Wilson Alvarez, y una larga ristra de peloteros de grandes ligas, héroes muchos de nuestro pueblo, le piden lo mismo al dictador. Para. Ya. Basta. Suficiente. Oye a la gente. Te estás equivocando. No más represión. No más sangre.  Y él, mareado en su soberbia, dándose de bruces contra el muro de su arrogancia, jura que aquí compraron a todo el mundo, que el imperio está diseminando  fortunas para que ellos y los futbolistas de la Vinotinto, y Edgar Ramírez en Hollywood, y Patricia Velásquez desde la pasarela de su fama, y Carolina Herrera desde su duelo y su linaje y hasta Rafael Correa y Ernesto Samper, viejos amigos de francachelas y dominó político, pidan elecciones con urgencia. Como si fueran el golpismo más rancio y endógeno, como si el resto del planeta se hubiera vuelto loco y urdiera al unísono un complot monumental para derrocar al gobierno que más felicidad le ha dado a población alguna en la historia.

La amenaza que viene para nosotros, demócratas venezolanos que sumamos millones y millones, es más represión, acoso para todos, cárcel para algunos, y muerte para los más desafortunados.

La amenaza que viene para Nicolás Maduro y su combo es simple: otro país. Eso es lo que se vislumbra en el horizonte, a pesar de tanto mar crecido. Otro país. Donde no hagan falta perdigones, ni bombas lacrimógenas, ni horror, ni anarquía. El país nuevo. El que nos traiga una próxima oportunidad. El país de la reconstrucción y la sensatez.

Leonardo Padrón

POR: CARAOTADIGITAL – MAYO 25, 2017

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2 comentarios

  1. El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder, impusieron un perverso ajuste económico disfrazado de «guerra económica», con el cual llevaron a millones de compatriotas a la más espantosa pobreza y hurgar entre la basura descompuestos desechos para mitigar el hambre.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder han utilizado los medios públicos como instrumentos de guerra para cercenar, difamar, calumniar y ofender sobre críticos y disidentes, que sólo han pregonado las ideas y el pensar de un país diferente en el cual desaparezca la incompetencia, la burocracia, el nepotismo, el enriquecimiento ilícito, la corrupción, la venta de nuestros recursos naturales y el abuso de cualquier gobierno y sus «dirigentes» políticos.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder permitieron la creación de mafias paralelas de la economía, es decir, promovieron el bachaqueo como forma maligna de comercio «informal» para acceder a alimentos y bienes esenciales, entre ellos el cemento, de absoluta producción, distribución y venta de autoridades «oficiales», ante la mirada cómplice de zascandiles militares y «funcionarios».

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder destruyeron la industria petrolera, de energía eléctrica, agua potable, telecomunicaciones y de producción siderúrgica, postrando al país en un continuo decrecimiento de actividad económica.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder acabaron con el valor del bolívar cuando con sus nefastas políticas generaron una indetenible inflación y devaluación de nuestro signo monetario.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder piden y piden sacrificios a un pueblo en nombre de una seudorrevolución que pregona un supuesto «socialismo», mientras ellos viajan e instalan a sus familiares en los países más capitalistas del planeta.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder se han valido de las más perversas tretas «jurídicas» para violar la Constitución y las leyes con el propósito de perpetuarse inmoralmente de la presidencia de la República, buscando generar con ello una «institucionalidad» que sólo aplica un aberrante apartheid político y ciudadano.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder destruyeron toda la infraestructura pública de salud y distribución de medicamentos, originando una barbarie social que no sólo permitió la aparición de enfermedades que habían sido eliminadas de nuestros registros sanitarios, sino que elevó dramáticamente las cifras de mortalidad en madres y niños, y agravó la salud de pacientes con problemas oncológicos, hipertensivos, neurológicos, y otros.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder colapsaron la red de institutos educativos integrales, es decir, no sólo permitieron la destrucción de las escuelas y liceos en sus plantas físicas, sino acabaron con el normal suministro de alimentación para la población escolar, y sumieron a los docentes en la más absoluta miseria.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder entregaron las ciudades a delincuentes y mal llamados «colectivos», que impusieron sus códigos del terror sobre los ciudadanos honestos a través del hurto, robo, secuestros y asesinatos.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder no les importó explanar sus armas de guerra sobre estudiantes y trabajadores cuyo único delito fue luchar por un país distinto apartado de la pobreza, la miseria, el hambre y la delincuencia.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder han demostrado toda su soberbia, intolerancia y crueldad para reprimir, herir y hasta asesinar a aquellos cuyo pensamiento estaba centrado en la lucha por la libertad y los valores democráticos.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder encarcelaron a civiles a través de tribunales militares para amedrentar al pueblo y, someterlo bajo preceptos totalitarios cuya desembocadura política se convirtió en lo peor del fascismo, el nazismo y el estalinismo.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder se convirtieron en huestes putrefactas, cuando callaron ante la permanente violación de derechos humanos, que unos pocos desplegaron en contra de quienes soñaban construir un futuro distinto, apartado de mezquindades, retaliaciones y podredumbre humana.

    El pueblo jamás perdonará a quienes aferrados al poder, ordenaron a policías y militares que ejercieran el máximo de sus prácticas inhumanas de «orden público», lo cual terminó por invadir la indignación ciudadana al ver correr por las calles sangre de víctimas inocentes, la sangre de nuestros hijos, la sangre de nuestros padres, la sangre de nuestros hermanos, la sangre de nuestros jóvenes, la sangre de nuestros hombres y mujeres, la sangre de nuestro pueblo.

    ¡El pueblo jamás te perdonará! Y jamás te perdonará porque te convertiste en un ser quien acabó con el sueño de millones de venezolanos, que ahora sólo esperan que abandones el palacio presidencial para intentar nuevamente reconstruir lo que una vez fue Venezuela. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

  2. Para que el gobierno TITERE de Maduro caiga, NO se puede estar disparando al Titere si no a quien lo pone a moverse.
    Este es el Gobierno de Cuba.
    Al gobierno de Cuba solo le afecta lo economico y por eso estan en Venezuela.
    ACCION CONCRETA:
    Manifestaciones, contactos politicos y diplomaticos, empresriales a TODO nivel pidiendo a los Hoteles Meñia, NH, Barcelo, Iberostar, Lineas Aereas, Tour operadores y Turistas Canadienses NO seguir viajando a CUBA, hasta que salgan de dirigir y apoyar el Genocidio y Desmadre en Venezuela.
    Boicot al turismo en Cuba hsta que salgan de Venezuela.
    Lo demas es mas de lo mismo

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