A mí me pasa lo mismo que a usted – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Me siento triste por una Venezuela tratada como meretriz. Me ahoga el hartazgo de un régimen que no sabe sino denigrar y ofender a los ciudadanos de bien y aplaudir la barbarie y el actuar delincuencial. Me indigna el abuso de un presidente  devenido en abierto dictador y tirano que cada día pisotea y escupe los más elementales conceptos republicanos y principios democráticos. Me duele mi país sumido en este miserable estado de hambre, carencias y enfermedades. Me causa náusea y rabia ver cómo unos hombres con los uniformes de la patria atacan con sus armas al pueblo al que juraron defender. Me hastía el irme cada noche a la cama con la absoluta certeza que al día siguiente el régimen va a destruir más. Me sofoca el tener que curucutear documentos y manuales para intentar confrontar con ideas y argumentos la pertinaz lluvia de brutalidades que se cuecen en Miraflores para domesticar más al pueblo y convertirlo en esclavo. Me irrita tener que calarme miles de alocuciones y declaraciones hechas en un lenguaje procaz y vulgar que invita, fomenta y acolita el malandraje y el pranato. Me asombra (sí, todavía me asombra) que hombres como Hermann Escarrá inclinen la cerviz y apañen violaciones constitucionales ya no sé esperando qué cuando ya ni por edad puede aspirar a beneficios personales o creer que la vida le alcanzará para enmendar los entuertos y delitos que apadrine.  Después de cierta edad, a uno lo que le queda es la historia. Futuro propio a uno le va quedando cada vez menos. Y entonces uno tiene que evitar el error y el ridículo que termina originando mofa, descrédito y vergüenza. Y sí, creo todavía que Escarrá y otros pueden reflexionar y evitar que este régimen suicide el futuro y acabe convirtiendo a Venezuela en tierra arrasada.
A mí, amigo lector, me pasa lo mismo que a usted. Estoy asqueada de ver a mi país tornado en sucio prostíbulo donde un régimen supone que todo se compra y todo se vende. Estoy abismada de ver cómo se usa prosaicamente la letra constitucional para triturar el futuro, con el único fin de algo tan bajo como seguir a juro apoltronado en la silla de Miraflores y continuar permitiendo que una sarta de ladrones sigan saqueando a Venezuela.
A mí me pasa lo mismo que a usted. No puedo ni quiero rendirme, por muy grande que sea el cansancio y hastío que siento. No voy a capitular. No voy a callar. No voy a dejar de luchar. No voy a dejar de exigir decencia. No voy a claudicar en mis principios y valores. No voy a echarme a morir. No voy a dejarme invadir por el desánimo y menos por la desesperación. No voy a dejarme vencer. No voy a dejar de trabajar por mi país. No voy a convertirme en una salvaje. No voy a aplaudir vagabunderías. No me voy a hacer la vista gorda y oídos sordos ante la catarata de barbaridades que inventan en palacios y cuarteles. No voy a darle la razón a quienes no la tienen. No voy a ceder en lo que es irrenunciable. No acepto que alguien, quien sea, quiera machacar a millones de ciudadanos y convertirlos en masa amorfa. Me niego a dejarme contagiar por el odio. Me esfuerzo cada día en luchar contra la intolerancia y en profundizar mi capacidad para la empatía, incluso en momentos en los que todo lo que veo, escucho y siento me impulsa hacia construir barreras separatistas que no voy a comprar.
A mí me pasa lo mismo que a usted. Yo soy venezolana, yo soy Venezuela. Yo soy amplia de mente y abierta de corazón. Yo soy fuerte en mis convicciones. No me arredro. No me asustan. No pueden hundirme. No pueden contaminarme de maldad. Yo, como usted, me empino sobre la desgracia y la iniquidad. Esta situación saca lo mejor de mí misma. No voy a cerrar el puño. Siempre voy a extender la mano abierta a todo aquel que quiera construir y cerrarle el paso a todo el e íbera destruir. Y lucho, cada día, con las armas de la conciencia, de la inteligencia, de la decencia, de la legalidad, de la democracia. No soy ni seré jamás esclava de nadie. Primero muerta.
A mí me pasa lo mismo que a usted.
@solmorillob

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Un comentario

  1. Excelente e inspirador este artículo. Ojalá todos coincidieran en ese pensamiento, sentimiento y comportamiento.

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